Elegir una pareja con la que tener hijos es como jugar a una lotería genética. La paquistaní Sobia Qureshi y el canadiense Zahid Bashir tuvieron la peor de las suertes. Ambos eran portadores de una mutación rarísima que, si coincide en ambos padres, hace que sus hijos sufran una enfermedad letal y mueran antes de cumplir los dos años. Sus dos primeras niñas, Zara y Sara, fallecieron así. La tercera, Ayla, estaba destinada a morir también, pero un pionero tratamiento cuando todavía era un feto en el útero de su madre ha salvado su vida por el momento. Ayla ya tiene 16 meses y corretea feliz. La estrategia podría ser útil en otras enfermedades genéticas raras.