Una nueva serie de imágenes de Saturno del Telescopio Espacial Hubble ha revelado la presencia de una serie de extrañas manchas oscuras atravesando los anillos del planeta. Su distribución recuerda a los radios de una rueda de bicicleta y, a pesar de que el fenómeno suele anunciar un cambio de estación, los astrónomos aún no se explican cómo y por qué estos ‘radios’ se forman, ni tampoco la razón de su variabilidad estacional. Los hallazgos se acaban de publicar en ‘Geophysical Research Letters’. Del mismo modo que sucede en la Tierra, Saturno está inclinado sobre su eje y tiene, por tanto, cuatro estaciones bien diferenciadas. Sin embargo, y debido al enorme tamaño de su órbita, cada una de esas estaciones dura aproximadamente siete años terrestres. Normalmente, los extraños radios aparecen solo durante la primavera y el otoño de Saturno, concretamente en el periodo de ocho años que tiene como centro el equinoccio (que ocurre cuando los anillos se inclinan de canto hacia el Sol), y desaparecen durante el verano y el invierno, durante el período centrado en el solsticio (cuando el Sol parece alcanzar su latitud más alta o más baja en el hemisferio norte o sur). Noticia Relacionada estandar No 92 a 83: Júpiter vuelve a tomar la delantera a Saturno en número de lunas José Manuel Nieves El Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional incluye oficialmente doce nuevos satélites jovianos descubiertos en 2021 y 2022 El próximo equinoccio de Saturno tendrá lugar el 6 de mayo de 2025 y, a medida que la fecha se acerca, los radios se irán haciendo cada vez más prominentes y observables. En busca del ‘culpable’ Desde hace tiempo, los científicos sospechan que la ‘culpa’ de este extraño fenómeno estacional la tiene el variable campo magnético del gigante anillado. Aquí, en la Tierra, el campo magnético interactúa con el viento solar y crea un entorno cargado eléctricamente, de modo que cuando esas partículas cargadas interactúan con la atmósfera, dan lugar al fascinante espectáculo de las auroras boreales. En el caso de Saturno, los científicos sospechan que también las más pequeñas de las partículas heladas que forman los anillos pueden cargarse de forma similar, lo que las haría ‘levitar’ temporalmente sobre el resto de las partículas de hielo más grandes, creando los misteriosos radios. Una explicación ingeniosa, aunque aún no comprobada. Los ‘radios’ fueron observados por primera vez por la misión Voyager a principios de la década de 1980, y ahora, gracias al programa OPAL (Outer Planet Atmospheres Legacy) del Hubble, que está construyendo un archivo de datos sobre los planetas exteriores de nuestro sistema, es posible estudiar el fenómeno durante mucho más tiempo, aprender de su evolución y quizá, averiguar su origen. El último equinoccio de Saturno ocurrió en 2009, al mismo tiempo que la nave espacial Cassini de la NASA orbitaba el planeta gigante para estudiarlo de cerca. Hoy en día, con la misión de Cassini terminada en 2017 y las naves Voyager a millones de km de allí, la responsabilidad de las observaciones recae sobre el Hubble, que continúa el trabajo de monitoreo a largo plazo de los cambios en Saturno y los otros planetas exteriores. Duración impredecible «A pesar de los años de excelentes observaciones de la misión Cassini -dice Amy Simon, científica planetaria sénior de la NASA, jefa del programa OPAL y autora principal del artículo-, el comienzo y la duración precisos de la temporada de radios aún son impredecibles, igual que es impredecible la primera tormenta durante la temporada de huracanes». En resumen, a pesar de llevar décadas observándolas, aún no está del todo clara la razón por la que aparecen estas manchas radiales, ni tampoco el por qué de su carácter estacional. Los científicos esperan que los próximos años de datos del Hubble ayuden a aclarar el misterio. MÁS INFORMACIÓN noticia No Cinco lecciones sexuales que aprendimos de los animales en el último año noticia No El pingüino más grande que jamás haya existido: un ‘pájaro monstruo’ tan pesado como un gorila «El programa Hubble OPAL -escriben los investigadores en su artículo- continuará con su cadencia de observación anual de Saturno mientras la instalación esté operativa, y los radios pronto también deberían ser fácilmente visibles para los telescopios terrestres».