Félix de Azara, el español que inspiró a Charles Darwin

Por 29/07/2022 Portal

Hasta el siglo XVIII era enormemente complicado realizar un mapa de la península Ibérica con relativa precisión, por lo que es fácil imaginar los errores que se podían cometer al cartografiar los vastos territorios de nuestra monarquía allende los mares. Quedaba por delante una ingente labor científica de documentar la enorme biodiversidad del cono sur americano –tanto en flora como en fauna– y precisar sus principales enclaves geográficos. Uno de los protagonistas del avance de ese conocimiento fue Félix de Azara (1742-1821), al que Francisco de Goya inmortalizó en 1805. Lo retrató cuando era brigadier de la Armada y vocal de la Junta de Fortificación y Defensa de las Indias. Le situó en un gabinete de estudio, con estantes al fondo, llenos de aves variopintas y cuadrúpedos disecados. Sobre la mesa representó un bicornio y tres libros, en clara referencia a sus estudios científicos. En la mano derecha Azara sujeta un billete con su nombre, la firma del pintor y la fecha. Este antropólogo nació en un pequeño pueblo aragonés situado a apenas cuarenta kilómetros de Huesca. Sus primeros pasos los dio en la Academia de Matemáticas de Barcelona, en donde trabajó como ingeniero militar. En 1781 formó parte de una expedición al Virreinato de la Plata, cuya finalidad era demarcar con precisión meridiana las fronteras americanas entre las posesiones lusas y las españolas. Con esa empresa se pretendía ratificar el tratado de San Ildefonso, firmado por las dos naciones litigantes unos años antes con el firme deseo de extinguir las desavenencias que había habido entre «las coronas de España y Portugal y sus respectivos vasallos por casi el espacio de tres siglos». El antropólogo que desafió el conocimiento A pesar de que el tiempo estimado para llevar a cabo la expedición sería de unos cuatro meses Azara permaneció al otro lado del Atlántico durante dos largas décadas, tiempo durante el cual llevó a cabo una infatigable tarea en el estudio de la geografía y la historia natural de la zona. Durante aquellos años escribió ‘Viajes por la América Meridional’, ‘Descripción e Historia de Paraguay y Río de la Plata’, ‘Geografía Física y Esférica del Paraguay’ y ‘Misiones Guaraníes’. Una abultada labor literaria, que unida a la científica, le situaron entre los mejores científicos del momento. En sus obras se dan cita la naturaleza, la astronomía, la cartografía, la zoología o la botánica, amén de otras disciplinas. Sus estudios le llevaron a describir más de cuatrocientas especies de aves nuevas, fue tal su tarea que se quedó sin vocablos con los que poder denominarlas por lo que se vio obligado a recurrir a localismos de su patria chica, dando lugar a una curiosa traslación de términos de un lado al otro del océano. Por ejemplo, a día de hoy todavía se usan en Argentina y Uruguay los términos esparvero –una rapaz de pequeño tamaño– o garrafón –una especie de verdecillo– los cuales forman parte del acervo ornitológico de Aragón. ‘Origen de las especies’ Fue en aquel viaje cuando Azara empezó a hilvanar una teoría novedosa, la influencia que desempeñaba el hábitat en el desarrollo físico de los seres vivos. Una hipótesis que tenía por delante un enorme potencial y con la que desafiaba a las ideas deterministas de la época. MÁS INFORMACIÓN Descubren a las primeras ‘abejas’ del mar Una inteligencia artificial de Google predice la estructura de casi todas las proteínas conocidas y cambia la ciencia Aquella teoría estaba llamada a desmoronar los pilares de la ciencia y a abrir una ventana al conocimiento. Décadas después Darwin convertiría aquel pensamiento en uno de sus pilares del ‘Origen de las especies’. Se podría decir que, de alguna forma, Azara inspiró al naturalista inglés , no debemos olvidar que Darwin siempre viajaba con un ejemplar de ‘Viajes por la América Meridional’ de Félix de Azara. SOBRE EL AUTOR Pedro Gargantilla Médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.