La inteligencia artificial (IA) está en el punto de mira. Capaz de lo mejor y lo peor, sus propios impulsores están ahora dando la voz de alarma sobre las extraordinarias amenazas que entraña para la humanidad. Algunos, incluso han pedido pausar la investigación en IA un tiempo. Pero la rueda sigue girando y no siempre para mal: en biología, la IA ha resuelto uno de los mayores enigmas al predecir la estructura de todas las proteínas conocidas, un hallazgo que ha revolucionado la investigación biomédica.