Cuando miramos al cielo cada noche, los puntos de luz que vemos no son todos estrellas: aparte la Luna y de algunos planetas, como Marte, también brillan los satélites colocados en la órbita terrestre por el hombre. Pero hay algunos que también nos ven a nosotros, incluido el pequeño DRAGO, un satélite de apenas un kilogramo de peso con una potente cámara infrarroja creada por el equipo de IATEC-Space, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Las primeras e impactantes imágenes tomadas por DRAGO acaban de ver la luz.
El instrumento, puesto en órbita en enero desde Cabo Cañaveral, se encuentra en su fase de puesta en servicio; es decir, en pruebas. En concreto, las primeras tomas muestran la desembocadura del río Meghna en el delta del Ganges, el delta más grande del mundo. «Aunque se trata de una prueba preliminar, la calidad de los resultados está muy por encima de las expectativas y muestran lo que DRAGO podrá hacer una vez que esté en pleno funcionamiento», afirman en un comunicado desde el IAC.
El 15 de abril DRAGO obtuvo sus primeras imágenes desde el espacio: una serie de instantáneas fijas tomadas en cada una de las dos bandas de observación del instrumento (a 1100 y 1600 nanómetros), ambas dentro del rango de infrarrojos de longitud de onda corta (SWIR). Estas bandas no son visibles al ojo humano ni a las cámaras convencionales (las imágenes que produjeron utilizan una escala de grises para representar la intensidad luminosa en cada una de las bandas) y permiten estudios relacionados con la humedad, la desertificación, la salud de la vegetación y la prevención de incendios, entre otras aplicaciones.
En las imágenes se puede apreciar el efecto de la deforestación: las zonas más oscuras de las islas muestran regiones completamente cubiertas de bosque, mientras que las zonas más brillantes son regiones que han perdido la mayor parte de su vegetación. «La capacidad de DRAGO para calcular índices con sus dos bandas SWIR permitirá que este nivel de contraste y detalle se incremente aún más en futuras imágenes», afirman desde el IAC.
Imagen obtenida por DRAGO en las dos bandas de ondas en el rango SWIR, 1600 nm (arriba) y 1100 nm (abajo). La escala de grises representa el brillo de la superficie en cada una de las bandas.
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IATEC
Si bien uno de los principales objetivos de DRAGO es la obtención de imágenes de Canarias, la elección de esta comarca responde a la necesidad de apuntar a una comarca continental con suficiente superficie terrestre a su alrededor para asegurar que se obtengan imágenes aunque haya problemas en apuntando el satélite. Gracias al resultado de esta prueba se ha obtenido información necesaria para mejorar el apuntado en sucesivas pruebas. En las próximas semanas está programado que como última prueba del plan de montaje, DRAGO tome sus primeras imágenes de Canarias.
Hasta ahora la obtención de este tipo de imágenes en el rango SWIR había estado fuertemente ligada al campo de satélites muy grandes. De hecho, uno de los proyectos en los que DRAGO se inspira -aunque de forma modesta- es Sentinel, una ambiciosa misión multisatélite desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA), dentro de su Programa Copernicus, dedicada a la vigilancia de la tierra, mar y aire. Sin embargo, el objetivo de DRAGO no es completarse con satélites como los de la constelación Sentinel, sino complementar su capacidad añadiendo nuevas tecnologías y estrategias de observación.
«Diseños como el de DRAGO nos permiten complementar las capacidades de grandes satélites como Sentinel-2 con puntos de rendimiento adicionales que no son viables con aquellos satélites de grandes dimensiones y enormes costos, especialmente tiempos de desarrollo mucho más cortos, la incorporación de tecnología de punta, la posibilidad de trabajar con grandes constelaciones, o de desarrollar aplicaciones ‘a medida’», afirma Samuel Sordo, ingeniero electrónico de IACTEC-Microsatellites. «Todo esto de una manera mucho más sostenible, porque nosotros lo podemos hacer con una cámara que pese poco más de 1 kg, y con un consumo de energía menor que el de una bombilla LED, lo que permite reducir los costes en un factor de al menos 100».
La próxima prueba con DRAGO será tomar una ráfaga de imágenes mientras el satélite se mueve alrededor de su órbita, a una velocidad que permitirá la composición de una imagen panorámica compuesta por las imágenes individuales.