A miles de metros en la profundidad del océano Pacífico, en el entorno hostil para la vida humana que representa la zona abisal, bulle una biodiversidad animal insospechada. Esta fauna, en uno de los rincones más desconocidos y oscuros de la Tierra, está sin catalogar y apenas ha sido estudiada. Una nueva investigación liderada por el Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) añade más de 5.000 especies distintas de criaturas que habitan el abismo del océano, tras múltiples estudios del fondo marino y un trabajo de revisión de artículos científicos. Y todo esto solo en una región submarina muy codiciada del Pacífico, la zona Clarion-Clipperton (CCZ, por sus siglas en inglés), entre Hawái y México. Y su autora principal, Muriel Rabone, analista de datos en el equipo de trabajo del museo londinense, sostiene, tras admitir su sorpresa inicial ante tanta biodiversidad, que “todavía quedan el 90% de los animales por conocer [en la zona CCZ)”.