Éxito de la vuelta de las muestras rescatadas por la misión Osiris-Rex de la NASA, la primera de la agencia espacial estadounidense en recoger restos de un asteroide. Las maniobras comenzaban tal y como estaba previsto : sobre la 1 de la tarde (hora española) la nave Osirix-Rex lanzaba su preciada carga, las muestras del asteroide Bennu, desde el espacio, a 800 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Una hora después, encendía sus motores para poner rumbo a Apophis, otro asteroide potencialmente peligroso por su rumbo cercano a nuestro planeta y que protagonizará la versión extendida de la misión Osiris-Rex (rebautizada como Osiris-Apex) en los próximos años. Mientras, la cápsula viajaba de camino al desierto de Utah. Cuatro horas después, 13 minutos antes de tocar tierra, la sonda se introducía en la atmósfera terrestre a la vertiginosa velocidad de 12 kilómetros por segundo, teniendo que llegar a soportar temperaturas de 2.800ºC tan solo un par de minutos después de su ingreso, envuelta en una bola de fuego que surcó los cielos de Estados Unidos. Para frenar su rápido descenso y que no acabara machacada contra el suelo, los paracaídas primarios se abrieron, reduciendo su velocidad de hipersónica a subsónica. El principal y más grande lo hizo cinco minutos después, propiciando un aterrizaje suave sobre el suelo a unos 16 kilómetros por hora. Finalmente, a las 16.55 hora española, las muestras tocaban la superficie. Tras el ‘touchdown’ de la cápsula, llega el turno de los equipos de tierra: tardarán unas tres horas en recuperarla, prepararla ‘in situ’ para descartar posteriormente contaminación con el suelo terrestre, y fotografiar cada palmo para que revele información del segundo a segundo de su descenso hasta llegar ahí. Posteriormente, se llevará a una sala blanca (libre de contaminación) para sus primeros análisis. En ese momento se podrán saber algunos datos como la cantidad de material rescatado. La misión tenía como objetivo recuperar como mínimo 60 gramos; sin embargo, los primeros análisis de la nave señalaban que se han podido recolectar alrededor de 250 gramos. En las próximas horas, las muestras llegarán al Centro Espacial Johnson (JSC) de la NASA en Houston, donde serán conservadas y almacenadas. El personal de JSC supervisará la distribución del material a científicos de todo el mundo, quienes lo estudiarán para diversos fines, si bien es de esperar que los primeros análisis se reserven para el equipo, dando a conocer los resultados preliminares, al menos de cantidad y posibles contaminantes, en las próximas horas. Por qué Bennu Entre el más del millón de asteroides conocidos, Bennu es uno de los más cercanos y grandes de los que se tiene constancia: de unos 500 metros de longitud (usualmente se le compara con el tamaño del Empire State Building), se encuentra a unos 300 millones de kilómetros de nosotros. No siempre está tan lejos: debido a que tiene una trayectoria alrededor del Sol parecida a la de la Tierra, periódicamente -cada seis años, aproximadamente- se nos acerca. De momento lo ha hecho de forma inofensiva, pero hay probabilidades de que se acerque más de la cuenta en el futuro. De hecho, los astrónomos ya han dado una fecha que podría ser crítica para nuestro planeta: el 24 de septiembre de 2182 . Las posibilidades, aunque reales, son bajas: uno entre 2.700, alrededor del 0,037%, según datos de la NASA. Una misión como Osiris-Rex podría facilitar datos sobre su composición que ayudasen a un posible plan en caso de que los peores planes se cumplan. Aparte de consideraciones técnicas o de aspectos catastrofistas, Bennu es un asteroide importante porque es una ‘cápsula del tiempo’ de los comienzos del Sistema Solar. Se cree que se formó hace unos 4.500 millones de años y que ha permanecido inalterado desde entonces, si bien surgió tras el impacto de dos objetos progenitores, hace mil o dos mil millones de años. Es por ello que, al contrario que otros cuerpos que caen hacia nosotros y que se ven alterados por el roce con la atmósfera terrestre o por la contaminación una vez que están en el suelo, puede brindarnos información de primera mano sobre los primeros momentos en la formación del Sistema Solar. Noticia Relacionada Misión osiris rex estandar Si Yasmina Martos, científica de la NASA: «Las muestras del asteroide Bennu nos ayudarán a aclarar si la vida llegó del espacio» Judith de Jorge La nave Osiris-Rex llega el domingo a la Tierra con un cuarto de kilo de material de la roca espacial, la mayor cantidad obtenida de un objeto más allá de la Luna Su composición, muy rica en carbono, y la presencia de agua en sus minerales, le hacen muy interesante para estudiar no solo la formación de nuestro vecindario cósmico, sino también la aparición de los precursores que originaron la vida. De hecho, su análisis será clave para determinar si es cierta la teoría de que esta, o al menos sus ‘ladrillos básicos’ llegaron a bordo de alguna roca espacial que colisionó contra la Tierra en algún momento al principio de los tiempos, de nuestro pasado. Ahora, en nuestro futuro, años de investigaciones que revelarán los misterios de Bennu.