Hace unos 58 millones de años, poco después de la extinción de los dinosaurios, Wyoming, hoy en el centro de EE.UU., estaba situado frente al mar. Debió de ser un lugar muy apetecible, porque dos de los mamíferos de la época, uno de ellos similar a un hipopótamo y otro más pequeño y desconocido, se dieron una buena vuelta por los alrededores. Investigadores la Universidad de Utah han encontrado miles de huellas dejadas por estos animales, lo que sugiere que los mamíferos pudieron haber explotado los hábitats marinos por primera vez al menos 9,4 millones de años antes de lo que se pensaba. ¿Para qué? Pues probablemente para lo que lo hacen ahora: para migrar, para nutrirse de comida y minerales o para protegerse de los molestos insectos.
«Los paleontólogos han trabajado en esta área (formación Hanna) durante treinta años, pero buscaban huesos, fósiles de hojas y polen, por lo que ni notaron las huellas», afirma Anton Wroblewski, de la Universidad de Utah. El científico descubrió las huellas en la piedra arenisca en septiembre de 2019, casi por casualidad. «Era la última hora de la tarde y el sol de poniente las iluminó en el ángulo correcto para hacerlas visibles en las losas inclinadas. Al principio, no podía creer lo que estaba viendo; había caminado por este afloramiento durante años sin darme cuenta», reconoce.
Wroblewski señala una huella hecha hace 58 millones de años por un mamífero pesado (probablemente Coryphodon)
–
Anton Wroblewski
Wroblewski siguió las huellas en la cresta de arenisca y se dio cuenta de que eran parte de un sendero mucho más grande y extenso. En total, se extendían alrededor de un kilómetro. Fueron hechas por dos especies diferentes: una con cuatro dedos y otra con cinco. Las huellas de cinco dedos son consistentes con Coryphodon, un mamífero semiacuático similar a un hipopótamo y del tamaño de un oso pardo moderno. El propietario de las huellas de cuatro dedos sigue siendo un misterio. Parece un mamífero con pezuñas, pero aún no se ha demostrado que hayan existido en esa época, el Paleoceno.
Laguna poco profunda
Según explican los autores en ‘Scientific Reports’, las huellas cruzaban un área que también contenía rastros de moluscos y gusanos marinos prehistóricos, así como anémonas de mar, lo que indica que el lugar era una laguna o bahía de marea poco profunda. Probablemente los mamíferos antiguos se reunieron junto al mar por razones similares a los de hoy en día, como cruzar para migrar, protegerse de depredadores e insectos que pican y acceder a minerales de sodio, que habrían estado limitados en los bosques tropicales prehistóricos de América del Norte.
«Las huellas fosilizadas registran las interacciones entre los organismos y sus entornos, proporcionando información que los fósiles del cuerpo por sí solos no pueden», dice Wroblewski. «En este caso, muestran que los grandes mamíferos usaban regularmente ambientes marinos sólo ocho millones de años después de que los dinosaurios no aviares se extinguieran». Antes de este hallazgo, la evidencia más temprana conocida de mamíferos que interactúan con ambientes marinos provenía de la época del Eoceno, alrededor de 9,4 millones de años después. Wroblewski dice que las huellas de la Formación Hanna son las primeras de mamíferos del Paleoceno descubiertas en EE.UU. Y solo las cuartas en el mundo, con dos conjuntos de huellas previamente encontradas en Canadá y una en Svalbard, Noruega. También es la mayor acumulación de huellas de mamíferos del Paleoceno tanto en extensión como en número absoluto. Con al menos dos especies, también es la más diversa taxonómicamente.
«Ninguna otra línea de evidencia registra directamente los comportamientos de organismos extintos preservados en sus hábitats preferidos», dice Wroblewski. «¡Todavía hay mucha información importante en las rocas, esperando a que alguien la detecte cuando la iluminación sea la correcta!», asegura.