La neuróloga estadounidense Michelle Monje lleva años viendo un patrón sorprendente en algunos de sus pacientes con glioblastoma, el tipo de cáncer cerebral más letal. Una vez extirpado el tumor primario, el cáncer vuelve a aparecer pasado un tiempo; pero no lo hace en cualquier parte del cerebro, sino en el área que más usaban los pacientes por su trabajo. En el caso de una bailarina clásica, reapareció en la zona del cerebelo que controla el equilibrio. En un escritor, volvió a crecer varias veces en el área de la corteza cerebral donde reside el lenguaje.