Por qué el pájaro carpintero no se destroza el cerebro a golpes

Cuando un pájaro carpintero golpea con su pico el tronco de un árbol, su cabeza se mueve a seis metros por segundo y la fuerza de desaceleración es 1.000 veces la de la gravedad. Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo cómo esta aves pueden lograr semejante hazaña sin dañar sus cerebros. ¿Cómo hacen para no tener una conmoción? En un principio, se sugirió que sus cráneos debían de actuar como cascos amortiguadores. Sin embargo, un equipo de investigadores ha refutado esa creencia. Según concluyen en la revista ‘Current Biology’, la cabeza del pájaro carpintero actúa más como un martillo rígido que como un casco. De hecho, sus cálculos muestran que cualquier absorción de impactos dificultaría su capacidad de picoteo. «Al analizar vídeos de alta velocidad de tres especies de pájaros carpinteros, descubrimos que no absorben el impacto del golpe con el árbol», dice Sam Van Wassenbergh, de la Universidad Antwerpen en Bélgica. Van Wassenbergh y sus colegas cuantificaron las desaceleraciones de impacto durante el picoteo en tres especies de pájaros carpinteros. Usaron los datos para construir modelos biomecánicos, lo que los llevó a la conclusión de que cualquier absorción de impacto del cráneo sería desventajosa para las aves. MÁS INFORMACIÓN Un descomunal mar lechoso, avistado desde un yate por primera vez Así afectaría a la Tierra una guerra nuclear: sin pesca, sin cosechas y más frío que en la Edad de Hielo Pero si sus cráneos no actúan como amortiguadores, ¿el picoteo furioso pone en riesgo sus cerebros? Resulta que no. Si bien el choque de desaceleración con cada picotazo supera el umbral conocido para una conmoción cerebral en monos y humanos, los cerebros más pequeños de los pájaros carpinteros pueden resistirlo. Van Wassenbergh dice que los pájaros carpinteros podrían cometer un error, por ejemplo, si picotearan el metal con toda su potencia. Pero su picoteo habitual en los troncos de los árboles generalmente está muy por debajo del umbral para causar una conmoción cerebral, incluso sin que sus cráneos actúen como cascos protectores. «La ausencia de absorción de impactos no significa que sus cerebros estén en peligro durante los impactos aparentemente violentos», dice el investigador. «Incluso los golpes más fuertes de los más de 100 picotazos que se analizaron deberían ser seguros para los cerebros de los pájaros carpinteros, ya que nuestros cálculos mostraron cargas cerebrales que son más bajas que las de los humanos que sufren una conmoción cerebral», añade. Dolores de cabeza Según el autor, los hallazgos refutan la teoría de larga data de la absorción de impactos, que se ha popularizado en los medios, libros, zoológicos y más. «Mientras filmaba a los pájaros carpinteros en los zoológicos, he visto a padres explicarles a sus hijos que los pájaros carpinteros no tienen dolores de cabeza porque tienen un amortiguador integrado en la cabeza», dice. «Este mito de la absorción de impactos en los pájaros carpinteros ahora se desmorona con nuestros hallazgos». Desde un punto de vista evolutivo, los hallazgos pueden explicar por qué no hay pájaros carpinteros con cabezas y músculos del cuello mucho más grandes. Si bien un pájaro carpintero más grande podría dar picotazos más poderosos, las conmociones cerebrales probablemente les causarían problemas importantes. Los hallazgos también tienen algunas implicaciones prácticas, agrega, dado que los ingenieros han utilizado previamente la anatomía del esqueleto craneal del pájaro carpintero como fuente de inspiración para el desarrollo de cascos y materiales amortiguadores. Los nuevos hallazgos muestran que no es una buena idea, dado que la anatomía del pájaro carpintero minimiza la absorción de impactos. Van Wassenbergh señala que otro estudio reciente realizado por su equipo mostró que los picos de los pájaros carpinteros a menudo se atascan, pero las aves se liberan rápidamente al alternar el movimiento de las mitades superior e inferior de sus picos. Ahora están estudiando cómo se adapta la forma del pico para golpear los árboles.