Esta semana hace justo 47 años que la Unión Soviética envió su última misión a nuestro satélite: Luna 24, que despegó el 9 de agosto de 1976, duró diez días y recogió muestras del suelo lunar. Este viernes, casi medio siglo después y ahora convertida en Rusia, la que aún es considerada una de las principales potencias espaciales volverá allí. De nuevo, será una misión robótica, si bien su intención es aprender más sobre el polo sur lunar, el lugar en el que se cree que hay agua y que podría ser perfecto para los próximos asentamientos humanos. «El lanzamiento del cohete portador Soyuz-2.1b con un bloque propulsor Fregat y la estación automática Luna-25 está previsto para el 11 de agosto, a las 2.10 hora de Moscú (01.10 de la madrugada del viernes hora española)«, señaló en un comunicado Roscosmos. Según la agencia, los especialistas de de la agencia espacial rusa concluyeron la semana pasada las labores de montaje del cohete portador y la nave espacial en el cosmódromo ruso de Vostochni, que fue enviado a la rampa de lanzamiento este martes. Como consecuencia del despegue, los residentes de una aldea de 26 habitantes en el extremo este de Rusia llamada Shakhtinsky serán evacuados de sus hogares a las 7:30 am del viernes debido a una «posibilidad entre un millón» de que una de las etapas del cohete que lanza el Luna-25 pueda caer a tierra allí, dijo un funcionario local. La agencia espacial rusa señaló que la estación fue fabricada en su totalidad con componentes rusos, con la aplicación de «los más recientes logros en la rama de la fabricación de equipamiento espacial». «Luna-25 se diferencia radicalmente de sus antecesores respecto a su alunizaje: las estaciones lunares rusas alunizaban en la zona ecuatorial; esta vez, la nueva estación alunizará en una zona polar con un relieve accidentado», indicó Roscosmos. La misión servirá para probar las nuevas tecnologías de alunizaje, tomar y analizar muestras de la superficie y llevar a cabo investigaciones durante largo tiempo, que incluyen el estudio de la capa superior del regolito en el polo sur de la Luna. El lanzamiento, originalmente previsto para octubre de 2021, se ha retrasado casi dos años. La Agencia Espacial Europea (ESA) había planeado probar su cámara de navegación Pilot-D conectándola a Luna-25, pero rompió sus lazos con el proyecto después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero del año pasado. El Luna-25 relanza el programa lunar ruso, que prevé la investigación y uso práctico de la Luna y la órbita lunar por parte de estaciones orbitales. De hecho, Roscosmos tiene un acuerdo con China para lanzar una estación lunar, a semejanza de la Estación Espacial Internacional, en la década de 2030. El polo sur lunar: el objetivo de los humanos Haber elegido el polo sur lunar no es una casualidad: allí es donde se cree que nuestro satélite guarda más reservas de agua en forma de hielo, de donde podrían abastecerse las próximas misiones humanas. De hecho, tanto la NASA (con su programa Artemis, que llevará humanos de nuevo sobre la superficie lunar a partir de finales de 2025, si todo va según lo previsto) como la agencia espacial china (que ya ha afirmado que enviará a sus taikonautas a finales de esta década o principios de la siguiente) ya han fijado su vista allí. No son los únicos. El lanzamiento desde el cosmódromo de Vostochny, tendrá lugar cuatro semanas después de que India enviara su módulo de aterrizaje lunar Chandrayaan-3 , que aterrizará en el polo el 23 de agosto. La agencia espacial rusa Roscosmos dijo en respuesta a Reuters que su nave espacial Luna-25 tardaría cinco días en volar a la luna y luego pasar de cinco a siete días en la órbita lunar antes de descender en uno de los tres posibles sitios de aterrizaje cerca del polo: un calendario que implica que podría igualar o vencer por poco a su rival indio en la superficie de la Luna. MÁS INFORMACIÓN noticia No Marte está girando cada vez más rápido y los científicos no saben el motivo noticia Si Objetos que levitan y la lucha por un Nobel: el ‘culebrón’ de los superconductores Sin embargo, señaló que «hay espacio para todos en la Luna» y que las misiones no interferirán la una con la otra.