Hace unos 125 millones de años, los dinosaurios aún dominaban la Tierra, como seguirían haciendo durante otros 60 millones de años más. Mientras, los mamíferos intentaban abrirse hueco para sobrevivir. Hasta ahora, se creía que nuestros primeros ancestros eran criaturas más o menos diminutas, que vivían atemorizadas por los entonces reyes de la creación, fieros, grandes y poderosos. Pero ese no es el retrato completo. Un fósil extraordinario hallado en la provincia china de Liaoning muestra cómo un mamífero parecido a un tejón, denominado Repenomamus robustus , atacó a un dinosaurio herbívoro Psittacosaurus , del tamaño de un perro grande y uno de los primeros animales con cuernos, para convertirlo en su cena. La escena, descrita este martes en la revista ‘Scientific Reports’, sugiere que los mamíferos eran capaces de atacar a dinosaurios de mayor tamaño durante el Cretácico. «Los dos animales están enfrascados en un combate mortal, íntimamente entrelazados, y es una de las primeras pruebas que muestra un comportamiento depredador real de un mamífero sobre un dinosaurio», explica Jordan Mallon, paleobiólogo del Museo Canadiense de la Naturaleza y coautor de el estudio. Noticia Relacionada estandar Si Nuestros primeros antepasados sobrevivieron al asteroide que mató a los dinosaurios José Manuel Nieves Descubren que los mamíferos placentarios no se desarrollaron tras la extinción de los dinosaurios, sino algún tiempo antes, por lo que convivieron con ellos Antes de este descubrimiento, los paleontólogos sabían que Repenomamus se alimentaba de dinosaurios, incluido Psittacosaurus, debido a los huesos de crías del herbívoro encontrados en su estómago. «La coexistencia de estos dos animales no es nueva, pero sí el comportamiento depredador que muestra el fósil», puntualiza Mallon. Esqueletos enredados de Psittacosaurus (dinosaurio) y Repenomamus (mamífero). La barra de escala equivale a 10 cm. Gang Han La extraña pareja fue descubierta en 2012 en los yacimientos de Liujitun, apodados como ‘la Pompeya de China’ por los numerosos fósiles de dinosaurios, pequeños mamíferos, lagartos y anfibios que fueron enterrados repentinamente en masa por deslizamientos de tierra y escombros después de una o más erupciones volcánicas. Los restos de Psittacosaurus-Repenomamus fueron conservados en las colecciones del Museo de la Escuela Weihai Ziguang Shi Yan, en la provincia china de Shandong. Psittacosaurus (que significa ‘reptil loro’ por el pico final de su hocico para cortar plantas) fue un pariente temprano de los dinosaurios con cuernos como el Triceratops. Más pequeño, pesaba entre 10 y 20 kilos y se movía sobre sus dos patas traseras. Por su parte, Repenomamus tenía extremidades extendidas, era carnívoro y probablemente un excavador capaz, por lo que tal vez vivía en madrigueras. Reconstrucción de vida que muestra a Psittacosaurus siendo atacado por Repenomamus, hace 125 millones de años Michael Skrepnick Boca abajo y bien sujeto Un examen minucioso de la pareja fosilizada muestra que Psittacosaurus yace boca abajo, con las patas traseras dobladas a ambos lados de su cuerpo. Repenomamus se enrolla hacia la derecha y se sienta encima de su presa, sujetando con una pata la mandíbula del dinosaurio. El mamífero también muerde algunas de las costillas de su presa, y la pata trasera atrapa a su vez la pata trasera del dinosaurio. «Es evidente que se estaba produciendo un ataque activo», asegura Mallon. Detalle del fósil que muestra la pata izquierda de Repenomamus envuelta alrededor de la mandíbula inferior del dinosaurio G. Han «Al principio nos preguntamos si el mamífero estaba simplemente hurgando en el cadáver del dinosaurio, pero creemos que esto es poco probable por varias razones», señala el investigador a este periódico. «Primero, los huesos del dinosaurio no muestran signos de marcas de dientes, lo que esperaríamos si el animal ya hubiera estado muerto por un tiempo, expuesto a los carroñeros. En segundo lugar, la posición del mamífero encima del dinosaurio, como si estuviera tratando de someterlo, no tiene sentido en la hipótesis del carroñeo. Finalmente, la pata trasera del mamífero queda atrapada por la pata trasera doblada del dinosaurio, como si este se le hubiera derrumbado encima. Esto no tiene mucho sentido si el dinosaurio ya estaba muerto», explica. En el mundo moderno se conocen analogías de animales más pequeños que atacan a presas más grandes. Se sabe que algunos glotones solitarios cazan animales más grandes, como caribúes y ovejas domésticas, «especialmente si tienen hambre y están desesperados». Y en la sabana africana, los perros salvajes, los chacales y las hienas atacan a presas que aún están vivas. Estas se derrumban, a menudo en estado de shock. «Los mamíferos cazadores en manada son especialmente capaces de derribar presas grandes, actuando de manera coordinada. Sin embargo, no tenemos evidencia que sugiera que Repenomamus cazaba en manadas», indica Mallon. «Quizás el mamífero sorprendió al dinosaurio, atacándolo mientras dormía, aunque realmente no sabemos mucho acerca de las circunstancias precedentes», añade. MÁS INFORMACIÓN noticia No Cada 36 millones de años, un ciclo geológico desconocido hasta ahora causa una ‘explosión de biodiversidad’ en la Tierra noticia No Podcast de Ciencia | ¿Canibalismo hace un millón y medio de años? El equipo de investigación especula en su artículo que los depósitos de origen volcánico de los yacimientos fósiles de Lujiatun en China seguirán arrojando nuevas pruebas de interacciones entre especies, desconocidas en el resto del registro fósil.