El vehículo cilíndrico Starship SN6 se elevó en el aire sobre el sitio de prueba de Boca Chica de SpaceX, de forma que fue registrado en el siguiente vídeo.
El vehículo, diseñado para eventuales viajes a la Luna y Marte, realizó un breve vuelo de prueba sin tripulación este 3 de septiembre en Texas.
SpaceX
Se trata de la segunda prueba de vuelo a 150 metros de altura protagonizada por este lanzador, similar a la que se realizó el 4 de agosto por un modelo similar. En la prueba se empleó un solo motor Raptor.
Second 150m flight test of Starship pic.twitter.com/ROa0kQZXLI
— SpaceX (@SpaceX) September 4, 2020
Starship SN6 es el último de una línea de prototipos que SpaceX ha utilizado como bancos de pruebas para las tecnologías necesarias para un sistema de lanzamiento masivo y totalmente reutilizable para misiones en el espacio profundo.
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Contempla el glorioso vuelo del prototipo del cohete Starship de SpaceX
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La COVID-19 ha cambiado muchos de nuestros hábitos, ha reconfigurado el estilo de vida de ciudades enteras, pero también lo ha hecho para especies no humanas: como las ratas.
Estas, dependientes de los restos de comida de restaurantes, por ejemplo, de repente están experimentando escasez; una escasez que las empuja a soluciones drástricas que pasan por cruentas batallas entre ratas, canibalismo e infanticidio.
Recursos
Las ratas cuyas fuentes de alimento han desaparecido no solo se trasladarán a otras colonias entraran en conflicto con otras ratas por los recursos escasos, sino que se comerán unas a otras para sobrevivir, incluyendo a las crías.
Residentes de densas zonas urbanas y algunas zonas rurales de Estados Unidos han convivido con estas alimañas, pero los avistamientos en algunas ciudades han aumentado en las últimas semanas debido a la pandemia.
En Nueva Orleans, donde el gobernador de Louisiana impuso una orden de quedarse en casa que obligó a cerrar a muchos restaurantes, particularmente aquellos en áreas turísticas populares como el Barrio Francés, un video viral publicado en marzo mostró montones de ratas saliendo a las calles para buscar comida. Y los funcionarios aseguran que el distanciamiento social es el culpable.
De hecho, Claudia Riegel, directora de la Junta de Control de Mosquitos, Termitas y Roedores de Nueva Orleans, declaró en el The Times-Picayune que la ciudad está preparando medidas agresivas de control de plagas.
Washington D.C. también está tomando medidas para combatir los problemas de los roedores. La alcaldesa Muriel Bowser cerró restaurantes y otros negocios, pero designó a los trabajadores de control de plagas como esenciales. Antes de la pandemia, la ciudad ya había implementado agresivamente medidas de control de plagas, incluido el uso de gatos salvajes.
En los últimos 30 días, la ciudad ha recibido casi 500 llamadas relacionadas con roedores, según los datos del 311 (el número de emergencia 311 se usa para reportar incidentes donde la presencia inmediata de la policía no es requerida). En la cercana Baltimore, que tiene un sólido programa de erradicación de ratas, los datos de la ciudad muestran que hubo alrededor de 11.000 llamadas ‘proactivas’ o solicitudes 311 en línea sobre ratas en el mismo período.
Las ratas tienen una gran capacidad para reproducirse. A partir de los 2 meses de edad ya se pueden reproducir. Pueden reproducirse hasta 13 veces al año y tener hasta 14 ratas por camada. La rata hembra es capaz de conservar en su organismo el semen del macho para autofecundarse de nuevo una vez da a luz a la camada. Tal vez esta pandemia acabe por reducir su número por primera vez en mucho tiempo.
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Guerra, canibalismo e infanticidio: las soluciones que encuentran las ratas para sobrevivir en época COVID-19
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Menos del 0,04% de los sistemas estelares tendrían el potencial de albergar civilizaciones avanzadas
Según un nuevo análisis de los datos existentes que representa un nuevo hito en la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), menos del 0,04% de los sistemas estelares tienen el potencial de albergar civilizaciones avanzadas con la tecnología de radio equivalente o ligeramente más avanzada que los humanos del siglo XXI.
Un equipo de investigación colaborativa de la Universidad de Manchester ha descubierto un avance analítico que ha ampliado drásticamente la búsqueda de vida extraterrestre de 1.400 estrellas a 280.000, aumentando el número de estrellas analizadas en un factor de más de 200.
Solo vida inteligente
Este nuevo análisis, pues, solo podría localizar civilizaciones inteligentes y técnicamente avanzadas que utilizan ondas de radio como forma de comunicación; por ejemplo, no pudieron detectar vida «simple» o civilizaciones no técnicas.
Según el líder del estudio, Michael Garrett, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, Revisando el catálogo elaborado por la nave espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), se seleccionaron estrellas a distancias mucho mayores (hasta unos 33.000 años luz) que la muestra original de estrellas cercanas, pudiendo expandir el número de estrellas estudiadas de 1.327 a 288.315:
Ahora sabemos que menos de una de cada 1600 estrellas más cercanas que unos 330 años luz albergan transmisores unas pocas veces más potentes que el radar más potente que tenemos aquí en la Tierra. Los mundos habitados con transmisores mucho más potentes de los que podemos producir actualmente deben ser más raros todavía.
Además, la muestra ampliada incluye no solo una amplia gama de estrellas de la secuencia principal, sino también numerosas estrellas gigantes y enanas blancas.
La escala de Kardashov es un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, propuesto en 1964 por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov. Tiene tres categorías, llamadas Tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema planetario, y Tipo III de su galaxia. Sin embargo, quizá las cosas no funcionan así: debido a que no podemos entender a las civilizaciones avanzadas, tal y como se critica en Evolving the Alien: The Science of Extraterrestrial Life, del biólogo Jack Cohen y el matemático Ian Stewart.
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