Clasificado en un primer análisis como una fractura, el osteosarcoma ocupa gran parte del peroné del animal.
But it’s not all good news.
Un estudio con miles de especies muestra que la transformación de terrenos salvajes para el cultivo beneficia a unos pocos animales que albergan muchos patógenos con potencial para saltar a humanos
Muchos de los mejores trabajos que logramos en nuestra vida no llegan tras una búsqueda exhaustiva a través de bolsas de trabajo, sino tirando de contactos. Sin embargo, aunque resulte contraintuitivo, los contactos menos íntimos, los lazos más débiles, son los que proporcionan las mejores oportunidades.
Es lo que ya constató en 1973 el sociólogo estadounidense Mark Granovetter, en lo que vino a llamar la «fortaleza de los lazos débiles».
Estructura de la red social
Lo que hizo Granovetter fue estudiar la estructura de la red social de quienes tenían un buen trabajo. Lo que descubrió es que los mejores trabajos procedes de contactos personales, sí, pero distantes, como viejos conocidos de la universidad o colegas de un trabajo anterior.
Estudios más recientes que se han basado en el registro de millones de teléfonos móviles respaldan la tesis de Granovetter: los lazos más importantes, muchas veces, son los más débiles. Tal y como abunda en ello Tim Harford en su libro El poder del desorden:
En retrospectiva, este hallazgo aparentemente paradójico es obvio. En una camarilla todos se conocen y se contarán los mismos chismorreos. Pero cuanto más periférico sea el contacto, más probabilidades habrá de que cuente algo nuevo.
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La noticia
La fortaleza de los lazos débiles o cómo se encuentran los mejores trabajos
fue publicada originalmente en
Xataka Ciencia
por
Sergio Parra
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Estos fenómenos son correlaciones que se ven a nivel atómico o a nivel molecular y no se pueden explicar con la física clásica