La Luna será el séptimo continente de la Tierra, el único cuyas riquezas y recursos están aún por conquistar y explotar. Esta idea, formulada hace más de medio siglo en la Unión Soviética (los rusos consideran Eurasia un solo continente), ha resucitado con la inminente llegada de las primeras misiones al polo sur del satélite. Aquí, las potencias espaciales se disputarán el nuevo oro lunar: el agua.