Los cosmólogos van llegado a la conclusión de que el universo es más homogéneo de lo que debería. ¿Tendrán una misma solución los dos grandes quebraderos de cabeza de la cosmología?
En la Tierra, el compuesto está asociado a la actividad microbiana. Los científicos no consiguen explicar cómo puede haberse formado en Venus, pero la existencia de vida se antoja poco probable.
En ratones, ello incrementa la preferencia por alimentos poco saludables, así como el riesgo de padecer obesidad.
Un grupo de astrónomos italianos ha observado con detalle once cúmulos de galaxias. Los resultados, dicen, plantean dudas sobre uno de los fundamentos de la cosmología moderna.
El éxito del método en los cefalópodos indica que estos constituyen buenos organismos modelo en los que aplicar CRISPR para investigar el cerebro.
Seis de cada diez investigadores postdoctorales piensan que la pandemia ha empeorado sus perspectivas profesionales, y uno de cada cuatro siente que sus supervisores no han hecho lo suficiente para apoyarlos durante la pandemia.
Además, el 23% de los encuestados dijo que ha buscado ayuda para la ansiedad o la depresión causada por su trabajo, y otro 26% desearía esa ayuda pero aún no la ha buscado.
Encuesta en 96 países
Estos son los datos que refleja una encuesta llevada a cabo por la revista Nature a postdoc, ya de por sí en una situación precaria y estresante.
Incluso, el 51% de los encuestados en la última encuesta han considerado dejar la investigación activa debido a problemas de salud mental relacionados con el trabajo.
La encuesta se realizó en junio y julio, y más de 7.600 personas respondieron desde 19 disciplinas diferentes. La muestra, un grupo autoseleccionado distribuido en 93 países, no es completamente representativa a nivel mundial, porque la inmensa mayoría de los encuestados están en Europa y América del Norte. Con todo, el panorama que se vislumbra es sin duda preocupante.
La investigación postdoctoral o posdoctoral es la investigación académica o científica llevada a cabo por una persona que ha completado sus estudios de doctorado, normalmente dentro de los años siguientes a su titulación, así que, para amortiguar estos efectos, algunas instituciones han llevado cabo estrategias distintas. Por ejemplo, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF) ha extendido los plazos de los proyectos y ha ordenado a las universidades que continúen pagando los salarios de los postdoctorados financiados por la NSF, aunque la investigación hata tenido que ser suspendida.
Con todo, esta situación no será sostenible durante mucho tiempo, pues los costes son grandes y la movilidad global de los estudiantes será mucho menor de lo habitual en el próximo año académico, así que algunas instituciones perderán una buena fracción de sus ingresos por tasas.
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Los problemas profesionales y mentales de los investigadores postdoctorales debido a la pandemia
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Dado que todo lo que nos rodea está regido por leyes inflexibles, donde hay una compleja (y en ocasiones inextricable) cadena de causas y efectos, introducir el libre albedrío resulta, desde un punto de vista científico, casi una fantasía.
Pero continuamos haciéndolo porque aceptar que todo está escrito, que todo el pescado está vendido, que nunca podremos decidir qué hacer, es incompatible con nuestra visión del mundo. Hasta el punto de que aceptar tal cosa, que el libre albedrío es una ilusión cognitiva, ¿podría conducirnos a comportamientos morales más erráticos?.
Determinismo VS libertad
Eliminar la noción de libre albedrío podría socavar el comportamiento moral, aumental el comportamiento deshonesto. En el presente estudio, se informa de varios intentos de replicar esta hipótesis. En una serie de cinco estudios se probó así la relación entre indicaciones contra el libre albedrío y comportamiento inmoral.
El propósito principal del estudio fue el de replicar de cerca los hallazgos de Vohs y Schooler (2008) utilizando las mismas manipulaciones y medidas o muy similares a las utilizadas en sus estudios originales.
Los esfuerzos fueron en gran parte infructuosos, porque manipular las creencias sobre el libre albedrío de una manera robusta es más difícil de lo que ha sido implícito en trabajos anteriores, y el vínculo propuesto con el comportamiento inmoral puede no ser tan consistente como sugiere el trabajo anterior.
Dicho de otro modo: estamos tan programos para creer en el libre albedrío, que fingir no creer en él para comprobar que el comportamiento inmoral aumenta, resulta difícil.
De momento, solo podemos especular al respecto, tal y como lo hace el novelista de ciencia ficción Ted Chiang en uno de los cuentos incluidos en su nueva antología, Exhalación, titulado: Lo que se espera de nosotros. En él se describe cómo reacciona una gran parte de la población al descubrirse científicamente, de forma inapelable, que el libre albedrío no existe y todo está determinado: adoptando un mutismo acinético, una suerte de abulia profunda, porque todo carece de sentido.
Es decir, más que obrar mal, parece que la gente sencillamente no obra, por ello el texto propone perpetuar el engaño colectivo del libre albedrío (aunque ello resulta también algo determinado):
Y aun así sé que, dado que el libre albedrío es una ilusión, ya está predeterminado quién caerá en mutismo acinético y quién no. No hay nada que hacer al respecto; no pueden elegir el efecto que el Pronostic tiene sobre ustedes. Algunos sucumbirán y otros no, y que yo envíe este mensaje no va a laterar dichas proporciones. Entonces, ¿por qué lo envío? Porque no tengo elección.
Si queréis profundizar en el determinismo fuerte, la posibilidad del libre albedrío y las ramificaciones filosóficas que todo ello entraña, podéis hacerlo en el siguiente vídeo:
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Estamos en un universo determinista donde la libertad no existe: ¿aceptarlo podría ser peligroso a nivel moral?
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La compañía Gravitricity va a empezar a manipular pesos masivos en un eje para almacenar y desplegar energía según sea necesario. Los ejes se elevarán casi 1,6 kilómetros de altura y los pesos oscilarán entre 500 y 5.000 toneladas. Enormes cabrestantes subirán y bajarán los pesos, y los ejes estarán presurizados para aumentar la producción de energía.
Como dice la empresa en su sitio web: ‘Nuestra tecnología patentada se basa en un principio simple: subir y bajar un peso pesado para almacenar y liberar energía’.
Gravitricity
Según los responsables de Gravitricity, la generación máxima de energía puede alcanzar entre 1 y 20 megavatios, con una producción continua de hasta ocho horas.
Los costos son más bajos que los sistemas de almacenamiento de energía actuales, como las soluciones basadas en baterías de iones de litio. Los responsables de Gravitricity también señalan dicen que, a diferencia de los sistemas de baterías, su mecanismo de almacenamiento se puede cargar y descargar varias veces al día sin pérdida de rendimiento durante más de dos décadas.
La tasa de eficiencia del sistema es del 80 al 90 por ciento, y el sistema debería durar medio siglo.
El sistema prototipo que Gravitricity está desarrollando en Escocia, que se completará y probará el próximo año, se limitará a un eje de 15 metros de altura y una capacidad de 250 kilovatios. Seguirá una implementación a gran escala, pues, Gravitricity prevé la utilización de pozos de minería de carbón abandonados a nivel mundial para tales plantas de almacenamiento de energía.
El ingeniero principal de Gravitricity, Miles Franklin, explica cómo funcionará el prototipo:
Nuestro demostrador utilizará dos pesos de 25 toneladas suspendidos por cables de acero. En una prueba soltaremos los pesos juntos para generar la máxima potencia y verificar nuestra velocidad de respuesta. Calculamos que podemos pasar de cero a plena potencia en menos de un segundo, lo que puede ser extremadamente valioso en los mercados de respuesta de frecuencia y energía de respaldo.
El fundador de Gravitricity es Peter Fraenkel, quien inventó la primera turbina de energía mareomotriz del mundo. Hace 30 años, el Fraenkel creó una turbina para utilizar la fuerza de la corriente de un río para llevar agua a Sudán, en donde trabajaba para una organización caritativa. La guerra civil y la falta de financiación truncaron sus planes.
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Empieza la construcción de un sistema de almacenamiento de energía impulsado por la gravedad
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Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señala una disminución drástica en las pruebas de detección de cáncer desde que comenzó la pandemia.
Los efectos colaterales del COVID-19 en ese sentido son claros: el retraso en el diagnóstico y tratamiento del cáncer reduce la expectativa de supervivencia, como podéis observar en la siguiente tabla.
Supervivencia
Según este estudio centrado en el Reino Unido, esta es la reducción en la supervivencia neta a 10 años por retraso de 3 meses para 20 tumores más comunes:
El estudio realizó estimaciones de supervivencia al cáncer a 10 años estratificadas por edad y estratificadas por etapas para pacientes en Inglaterra, Reino Unido, para 20 tipos de tumores comunes diagnosticados en 2008-17 a la edad de 30 años o más de Public Health England.
También se usaron datos para diagnósticos de cáncer realizados a través de la vía de derivación de 2 semanas de espera en 2013-16 del sistema Cancer Waiting Times de NHS Digital. Se aplicaron razones de riesgo (HR) por día para la progresión del cáncer que se generaron a partir de estudios observacionales de demora en el tratamiento. Se cuantificó el número anual de cánceres en la etapa I-III diagnosticados mediante la vía de espera de 2 semanas utilizando desgloses específicos por edad y por etapa de espera de 2 semanas.
A partir de estos números, se estimó el número total de vidas y años de vida perdidos en Inglaterra por retrasos por paciente de 1 a 6 meses.
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Así es cómo está empeorando el pronóstico de los enfermos de cáncer por culpa de la COVID-19
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Según revela un estudio publicado en Nature, la transmisión de agentes infecciosos por el aire depende más de lo alto que hablemos que de las toses o estornudos. El efecto es independiente del idioma.
Los investigadores analizaron la transmisión en cuatro idiomas: inglés, español, mandarín y árabe.
Superpropagadores de habla
Las hipótesis sobre la transmisión de enfermedades infecciosas transmitidas por el aire tradicionalmente han enfatizado el papel de la tos y los estornudos, que son eventos espiratorios que producen gotas fácilmente visibles y grandes cantidades de partículas demasiado pequeñas para verlas a simple vista.
No obstante, se sabe desde hace mucho tiempo que el habla normal también produce grandes cantidades de partículas que son demasiado pequeñas para verlas a simple vista, pero lo suficientemente grandes como para transportar una variedad de patógenos respiratorios transmisibles.
En el estudio citado se muestra, así, que la tasa de emisión de partículas durante el habla humana normal se correlaciona positivamente con el volumen (amplitud) de la vocalización, que varía de aproximadamente 1 a 50 partículas por segundo (0.06 a 3 partículas por cm3) para amplitudes bajas a altas, independientemente de el idioma hablado (inglés, español, mandarín o árabe). Al respirar, estás emitiendo partículas de tu saliva o del fluido respiratorio, de la tráquea y de los pulmones. Si hablas, emites 10 veces más. Si gritas o cantas, 50 veces más.
Además, una pequeña fracción de individuos se comporta como ‘superemisores del habla’, liberando consistentemente un orden de magnitud más de partículas que sus semejantes.
Esto no solo puede explicarse por las estructuras fónicas ni por la amplitud del habla, así que los resultados también sugieren que otros factores fisiológicos desconocidos, que varían drásticamente entre individuos, podrían afectar la probabilidad de transmisión de enfermedades infecciosas respiratorias y también ayudarían a explicar la existencia de superpropagadores que son desproporcionadamente responsables de los brotes de enfermedades infecciosas transmitidas por el aire.
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No importa el idioma que hables: si lo haces más alto, es más probable que contagies a los demás que tosiendo o estornudando
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