El 29 de octubre de 1969, solo unos meses después de que el Apolo 11 aterrizara en la Luna, el estudiante de posgrado Charley Kline envió un mensaje desde su ordenador en UCLA a un ordenador situado a unos 560 kilómetros al norte, en el Instituto de Investigación de Stanford (SRI).
En un sentido técnico, aquel instante constituyó la activación de las dos primeras ‘neuronas’ de Internet. La red, llamada Arpanet, se expandió rápidamente a otras instituciones y se convirtió en una especie de proto-internet para investigadores y científicos. Desde entonces, internet no ha dejado de conectar ordenadores y otros dispositivos entre sí.
Conexiones
Arpanet alcanzó un máximo de alrededor de 100 nodos (u ordenadores conectados). Internet de hoy es una red de redes que comprende miles de millones de nodos en todo el mundo. Imaginar algo así resulta demasiado abstracto.
Para visualizar realmente esta expansión, se necesita mapear el territorio. Los mapas de Arpanet eran esquemas de ingeniería bastante sencillos, pero la escala del internet moderno es demasiado grande para una hoja de papel marcado algunos puntos y líneas rectas.
En 2003, sin embargo, Barrett Lyon trabajaba como hacker, y las empresas le pidieron la tarea de eliminar las vulnerabilidades de sus sistemas, así que desarrolló herramientas de mapeo para el trabajo. Sus rastreadores electrónicos rastrearían las líneas y los nodos de una red y reportarían lo que encontraran.
La visualización resultante recordó grandes patrones naturales, como redes de neuronas o la estructura a gran escala del universo. Pero era a la vez más mundano y alucinante.
En 2010, Lyon actualizó su mapa utilizando un nuevo método. En lugar de las rutas de rastreo que había usado en 2003, que no siempre eran precisas, recurrió a una herramienta de mapeo más precisa utilizando tablas de ruta generadas por el protocolo de puerta de enlace de frontera o BGP (del inglés Border Gateway Protocol), el sistema principal de Internet para enrutar información de manera eficiente. Y ahora, ha vuelto con un nuevo mapa basado en rutas BGP del proyecto Route Views de la Universidad de Oregon. Solo que esta vez el mapa se mueve: es un lapso de aproximadamente 25 años del crecimiento explosivo de Internet.
Es una imagen fascinante, casi orgánica. Pero también es más que eso. Los colores se asignan a las regiones: América del Norte (azul), Europa (verde), América Latina (violeta), Asia Pacífico (rojo), África (naranja) y la red troncal de Internet (blanco). Las líneas conectan nodos; y las aglomeraciones de puntos son proveedores de Internet para redes públicas, privadas y gubernamentales (AT&T, Comcast, etc). El medio es la región más conectada y la periferia, la menos.
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La noticia
Este psicodélico vídeo te muestra la evolución en las conexiones de internet desde 1997 y el resultado es muy gráfico
fue publicada originalmente en
Xataka Ciencia
por
Sergio Parra
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