Cinco científicos dirigidos por John Holdren, de la Universidad de Harvard y exasesor del presidente Obama, han escrito una carta en la revista ‘Science’ en la que instan a los gobiernos y las comunidades científicas y tecnológicas de los países occidentales a evitar rechazar a todos los científicos rusos por las acciones de su gobierno. «Cerrar toda interacción sería un serio revés para una variedad de intereses y valores occidentales y globales», aseguran, al tiempo que recuerdan cómo muchos de ellos han mostrado su repulsa a la invasión. En el mismo texto, piden oponerse a «los estereotipos y la persecución indiscriminada».
El texto, además de por Holdren, está firmado por el biocientífico Nicholas Talbot, del laboratorio de Sainsbury en la Universidad de Cambridge (Reino Unido); Neal Lane, físico de la Universidad de Rice (EE.UU.); Toby Spribille, profesor de ciencias biológicas en la de Alberta (Canadá); y Nina Fedoroff, bióloga molecular de la Estatal de Pensilvania (EE.UU.). Los autores dicen que la guerra «brutal y no provocada» del presidente ruso Vladimir Putin es una «abominación» que justifica todas las sanciones tomadas por los países occidentales. Y agradecen la gran cantidad de apoyo para los científicos ucranianos, incluida la introducción del estado de visa protegida. Pero no quieren olvidar a sus colegas rusos.
«Comprensiblemente, casi toda la colaboración de gobierno a gobierno está suspendida ahora, pero no debería estarlo todo el compromiso con los científicos rusos», señalan. A su juicio, cerrar toda interacción con los científicos rusos sería un serio revés para una variedad de intereses y valores occidentales y globales, que incluyen avanzar en muchos desafíos relacionados con la ciencia y la tecnología.
Los investigadores indican que muchos miles de académicos y estudiantes rusos viven y trabajan en Occidente. Muchos de ellos han criticado al gobierno de Putin en los medios de comunicación o han firmado declaraciones ampliamente difundidas por académicos e intelectuales rusos denunciando la invasión rusa. «Seguramente estos rusos no deberían ser agrupados junto con los líderes del estado ruso. Por el contrario, se deben tomar medidas humanitarias para garantizar que, cuando caduquen sus visas y pasaportes, no sean repatriados por la fuerza para enfrentar no solo el aislamiento de sus colegas occidentales sino también, muy posiblemente, la persecución», subrayan.