Pierre-Augustin de Beaumarchais (1732-1799) además de ser un dramaturgo reconocido por sus obras de ambiente español como El barbero de Sevilla o Las bodas de Fígaro, fue un hombre de vida inquieta. Entre sus oficios más singulares destacaban los de espía y traficante de armas, además de haber sido renovador de un sistema de escape para los relojes de entonces, un mecanismo por el cual la liberación de la cuerda se hacía a un ritmo más preciso.