Muchas personas ignoran que en su pecho, entre las puntas superiores de los pulmones, hay una pequeña glándula parecida a la flor del tomillo: el timo, de apenas 30 gramos. Los glóbulos blancos —las defensas del cuerpo humano— se forman en el interior de los huesos, pero algunos viajan al timo para madurar y convertirse en linfocitos T citotóxicos, los auténticos asesinos en el sistema inmunitario, capaces incluso de destruir las células cancerosas. Un equipo encabezado por el bioquímico español Miguel Reina ha descubierto ahora una manera de fortalecer a estos soldados y mejorar la inmunidad frente a los tumores y las infecciones. Su descubrimiento se publica este miércoles en la revista Nature, vanguardia de la mejor ciencia del planeta.