El estudio del ADN de los huesos y dientes de 94 individuos enterrados hace unos 6.700 años en Gurgy ‘les Noisats’, una gran necrópolis neolítica en el norte de Francia, ha permitido a los científicos reconstruir los árboles genealógicos de dos familias extensas, las más antiguas que se conocen. Una de ellas, que también ostenta el récord de la más grande reconstruida con ADN antiguo, está formada por 64 miembros de siete generaciones. La otra, más pequeña, conecta a doce parientes de cinco generaciones. Los genes reflejan algo que los restos humanos y los artefactos arqueológicos no dicen por sí mismos: cómo estas personas estaban relacionadas entre sí, quién era pariente de quién e incluso algunas de sus costumbres. Por ejemplo, revelan que eran monógamas (al menos en apariencia, ya que no se han encontrado medio hermanos) y que probablemente disfrutaron de una época de bonanza, sin hambrunas. También confirman una práctica muy habitual en la época en estas sociedades agrícolas: el intercambio de mujeres, por la que las muchachas locales dejaban el clan para emparejarse con los varones de otro grupo. Al explorar las genealogías, los investigadores de las universidades de Burdeos (Francia) y Gante (Bélgica), y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, observaron un fuerte patrón patrilineal, donde cada generación está vinculada casi exclusivamente a la anterior a través del padre biológico, que conecta a todo el grupo de Gurgy a través de la línea paterna. Noticia Relacionada estandar No Líos de una familia de hace 5.000 años: sospechas de poligamia, hijos de distintos padres y adopciones Judith de Jorge El árbol genealógico más antiguo hasta la fecha, creado a partir del ADN de 35 individuos de una tumba neolítica en Inglaterra, revela complejos lazos familiares Al mismo tiempo, los científicos descubrieron un origen no local de la mayoría de las mujeres adultas, lo que sugiere que los hijos se quedaban donde nacían y se relacionaban con parejas llegadas de diferentes grupos. Mientras, las jóvenes locales partían para establecerse fuera. Es lo que se conoce como exogamia femenina, un intercambio de mujeres común en Europa en esa época que probablemente resultaba útil para establecer una sólida red de alianzas con los clanes vecinos. Monogamia Pero lo que resulta muy llamativo en Gurgy es la ausencia de medios hermanos, lo que sugiere la existencia de parejas estables, sin poligamia ni monogamia en serie. «No sabemos si eran fieles, pero no vemos pruebas genéticas de que no lo fueran. Al menos es diferente del único ejemplo que teníamos del Neolítico [ un árbol genealógico de 35 individuos de cinco generaciones enterrados en la misma tumba de Hazleton North, Inglaterra, alrededor del año 3700 a.C], donde hombres y mujeres tenían múltiples parejas y descendencia de estas uniones. En Gurgy no observamos esto, pero estos descendientes podrían existir y estar enterrados en otro lugar«, explica Maïté Rivollat, autora principal del estudio publicado en la revista ‘Nature’. Una de las tumbas de Gurgy Stéphane Rottier Iñigo Olalde, investigador de la Universidad del País Vasco (UPV), es coautor de ese estudio de 2021 , también publicado en ‘Nature’, al que se refiere Rivollat. En Hazleton North, muy al contrario, hay sospechas de poligamia, hijos de diferentes padres, adopciones… Por eso, la monogamia de Gurgy «me sorprendió. No la habría esperado, porque en esas sociedades había mucha mortalidad en la juventud. Por ejemplo, muchas mujeres morían en el parto y era esperable que los hombres estableciesen nuevas uniones. Eso aquí no se ve», apunta. El motivo no está claro. «La tumba de Hazleton North era gigantesca, llevó miles de horas de trabajo, representaba el alto estatus de las personas que estaban allí enterradas. Por el contrario, Gurgy es un cementerio sin monumentos megalíticos, mucho más sencillo. Alguien con estatus podría haberse permitido tener cuatro mujeres, como vemos en Inglaterra; alguien sin estatus, no. Aunque eso es solo especulación. Quién sabe si, por algún motivo, no querían tener otra pareja reproductiva», apunta. Un padre neandertal con su hija y otros parientes del pasado Un padre neandertal con su hija TOM BJORKLUND Las dos familias del neolítico en Gurgy pueden considerarse las más antiguas descubiertas hasta la fecha con un amplio árbol genealógico. Superan por unos mil años a la descubierta en la tumba de Hazleton North, una de las mejor conservadas de Gran Bretaña, cuyos restos fueron secuenciados en la Universidad de Harvard. Los datos genéticos demostraron que correspondían a 35 individuos, la mayoría emparentados entre sí, de hace unos 5.700 años, unos cien años después de que la agricultura llegara a la isla británica. Pero se conocen relaciones de parentesco anteriores confirmadas por sus lazos genéticos, incluso de otras especies humanas. Así, la familia más antigua corresponde a un grupo neandertal de trece individuos de hace entre 51.000 y 59.000 años, cuyos restos fueron hallados en dos cuevas de las montañas de Altai, en Siberia (Rusia). El estudio genético reconoce a un padre con su hija adolescente, un par de parientes de segundo grado que pueden ser tíos, abuelos o primos, y mujeres -se ve que esta práctica se enraíza en los orígenes de la humanidad-, llegadas de otros grupos. El padre fundador Las dos familias de la tumba de Gurgy están compuestas por 37 mujeres y 57 varones, de todos estos individuos 37 son niños. Otro de los aspectos más sorprendentes es el «gran número de hermanos» que llegaron a la edad reproductiva. A juicio de Rivollat, esto se explica por «una alta tasa de fertilidad y condiciones de salud y nutrición generalmente estables, lo cual no es habitual en tiempos tan antiguos». Además, curiosamente, el «padre fundador», el individuo del que descendían todos los miembros del árbol genealógico más grande, murió en otro lugar pero sus huesos fueron enterrados de nuevo en Gurgy como depósito secundario dentro de la fosa de una mujer de la que no se pudieron tener datos genómicos. Para estas personas debió de haber sido una figura de gran importancia para tomarse la molestia de trasladar sus restos. El ‘padre fundador’ murió en otro lugar pero fue enterrado de nuevo en Gurgy. La imagen representa el árbol genealógico de la familia más grande de Gurgy Elena Plain / Universidad de Burdeos / PACEA Aunque el linaje principal abarca siete generaciones, no hay niños enterrados en el sitio durante las primeras generaciones y, por el contrario, no hay entierros de adultos en las últimas generaciones, por lo que los investigadores creen que el cementerio se utilizó brevemente. El grupo trajo los restos del padre del linaje, pero pudo haber dejado atrás a los hijos fallecidos anteriormente. Solo unas pocas generaciones después sucedió lo mismo: los últimos adultos se fueron a otro lugar, dejando atrás a sus propios hijos. Por lo tanto, Gurgy probablemente solo se usó durante tres o cuatro generaciones, o aproximadamente un siglo. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Gerónimo Villanueva, científico de la NASA: «Tendremos hora y media para saber por qué Venus se convirtió en un infierno» noticia Si Regreso a Venus en busca de la vida en las nubes Para los investigadores, estos grandes árboles genealógicos representan un paso adelante sin precedentes en nuestra comprensión de la organización social de sociedades pasadas. «Solo con los grandes avances en nuestro campo en los últimos años y la integración completa de los datos de contexto fue posible llevar a cabo un estudio tan extraordinario. Es un sueño hecho realidad para todos los antropólogos y arqueólogos y abre una nueva vía para el estudio del pasado», concluye Wolfgang Haak, del Max Planck y autor principal del estudio.