El hielo que cubre el Ártico llega a su mínimo cada mes de septiembre, gracias al tibio calor del verano boreal. Desde finales de siglo, este mínimo es cada vez más acusado. Según datos de la NASA, basados en varios de sus satélites, la extensión del casquete polar ha venido menguando a un ritmo del 12,6% cada década desde 1980. Pero la propia variabilidad climática complica saber cuándo todo el océano Ártico será agua. Ahora, un estudio apoyado en observaciones de satélites de la NASA y la ESA y un sofisticado modelo climático pronostica que, entre 2030 y 2050, llegará el primer septiembre sin hielo. Y si no se reducen las emisiones de efecto invernadero (GEI), en 2100 la región ártica quedará libre de hielo casi medio año.