Tiene alrededor de 1.000 millones de años de antigüedad y muestra claras evidencias de dos tipos de células claramente distintas, lo que sitúa a esta antiquísima criatura en algún lugar entre los organismos unicelulares (únicos habitantes del planeta durante 3.000 largos millones de años) y los multicelulares, asociaciones de células que dieron lugar a seres cada vez más complejos, hasta la actualidad.
El fósil, por lo tanto, es el más antiguo registrado hasta ahora de un organismo complejo, es decir, hecho por más de una única célula. El hallazgo puede proporcionar valiosa información sobre cómo y dónde los organismos unicelulares empezaron a asociarse para dar lugar a los primeros animales.
«Los orígenes de la multicelularidad compleja y el origen de los animales -explica el paleo biólogo Charles Wellman, de la universidad británica de Sheffield y coautor de un estudio recién aparecido en Current Biology- se consideran dos de los eventos más importantes en la historia de la vida de la Tierra, y nuestro descubrimiento arroja nueva luz sobre ambos. Hemos encontrado un organismo esférico primitivo formado por una disposición de dos tipos diferentes de células, el primer paso hacia una estructura multicelular compleja, algo que nunca antes había sido descrito en el registro fósil».
Los organismos, que apenas miden 30 milésimas de milímetro de ancho, fueron hallados en la formación Dialbaig en Loch Torridon, un conjunto que contiene microfósiles de un antiquísimo entorno lacustre de hace mil millones de años. Los depósitos de piedra del antiguo lecho del lago han conseguido preservar los fósiles de forma exquisita, de modo que es posible incluso observar detalles del interior de las células.
La nueva criatura, bautizada como
Bicellum brasieri
, se conservó tan bien que su estructura es perfectamente visible en muchos de los múltiples ejemplares encontrados. En su forma madura, este primitivo animal consistía en una especie de esfera de células compactas rodeada por una única capa externa y bien diferenciada de células alargadas en forma de salchicha.
Dos de las poblaciones, sin embargo, muestran una mezcla de los dos tipos de células en toda su estructura. Los investigadores interpretan este hecho como una forma más juvenil del organismo en la que aún se estaba produciendo el proceso de diferenciación, con las células alargadas en pleno desarrollo y en vías de migración hacia la parte exterior de la criatura.
Hasta ahora, se habían identificado otros seres multicelulares de la misma época, entre ellos hongos y algas, pero la morfología de Bicellum, dicen los investigadores, es más consistente con Holozoa, el grupo que contiene a los primeros animales y a sus parientes celulares más cercanos.
Todo esto significa que Bicellum podría ser una pieza importante del rompecabezas evolutivo de la vida en la Tierra, y ayudar no solo a comprender cómo fue la transición de organismos unicelulares a animales multicelulares más complejos, sino también al origen de ciertos rasgos exhibidos posteriormente por los animales.
«Los biólogos -explica por su parte Paul Strother, del Boston College y primer firmante de la investigación- especulan que el origen de los animales incluye la incorporación y reutilización de genes anteriores que ya habían evolucionado en organismos unicelulares. Lo que vemos en Bicellum es un ejemplo de un sistema genético de este tipo, que implica la adhesión célula-célula y la diferenciación celular que puede haberse incorporado al genoma animal quinientos millones de años después».
¿En océanos profundos o en lagos superficiales?
El descubrimiento, además, puede ayudar a rellenar algunos ‘huecos’ sobre dónde exactamente evolucionaron las primeras formas de vida. Uno de los debates más importantes sobre los orígenes de la vida es, precisamente, si ésta surgió en los océanos salados o en lagos terrestres de agua dulce.
Debido a que desde hace años se están acumulando más y más evidencias de una tierra primitiva (hace 3.200 millones de años) muy ‘empapada’, y a que se han encontrado fósiles cuya edad supera los 3.500 millones de años, los científicos creen que es muy probable que el entorno marino sea el más adecuado para la primera vida microbiana, pero Bicellum indica a la vez que los lagos también tuvieron gran importancia.
«El descubrimiento de este nuevo fósil -dice Wellman- nos dice que la evolución de los animales multicelulares ocurrió hace por lo menos mil millones de años, y que los primeros eventos anteriores a la evolución de estos animales pueden haber ocurrido en agua dulce, como lagos, en lugar de en el océano».
En la actualidad, el equipo de científicos sigue trabajando en su hallazgo, a la espera de que la Formación Diabaig pueda contener más pistas que nos ayuden a comprender del todo esta fascinante historia.