Tallados en piedra verde y depositados sobre el pecho de los difuntos, los escarabajos peloteros sustituían el corazón de los antiguos egipcios durante la momificación. En su base llevaban inscripciones destinadas a evitar que el corazón no atestiguase contra el fallecido durante el juicio de los muertos. Ayudaban a superar la prueba de la balanza, en la que Anubis, el dios con cabeza de chacal, pesaba los corazones y determinaba si la persona era digna o no de entrar en el reino de los muertos.