Raúl Verdú (35 años) y Raúl Torres (36 años) se conocieron mientras cursaban estudios en la Universidad Miguel Hernández, de Elche (Alicante). Pronto descubrieron que tenían en común mucho más que su lugar de estudios: les apasionaban los cohetes. Tanto que decidieron aliarse para crear, desde cero, el suyo propio. Así nació PLD Space, empresa que busca hacer historia convirtiéndose en la primera compañía española (y europea) que tiene capacidad para enviar satélites al espacio. El primer paso, este miércoles entre las 6.15 y las 10 de la mañana (la hora prevista es a las 6.30, si bien podría haber retrasos y la compañía cuenta con una amplia ventana de lanzamiento), cuando se pruebe por primera vez el cohete Miura 1 , que despegará desde la base de El Arenosillo, en Huelva. Su objetivo: demostrar que es capaz de alcanzar los 150 kilómetros de altura, el lugar donde comienza la codiciada órbita terrestre baja (LEO), donde se alojan la mayoría de las sondas que nos dan soporte desde más allá de nuestra frontera terrestre. Noticia Relacionada estandar Si El Miura 1, el primer cohete 100% español reutilizable, se prepara para despegar en los próximos días Patricia Biosca Diseñado para transportar pequeñas cargas, como satélites, se lanzará, si todo va según lo previsto, desde la base de El Arenosillo, en Huelva, entre el 28 y el 31 de mayo Pero hasta llegar aquí, el camino ha sido largo. El sueño se empezó a volver realidad en 2011, cuando los conocidos como ‘los Raúles’ en el sector aeroespacial fundaron PLD Space . Un año más tarde, consiguieron apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación, que aportó 250.000 euros al proyecto. En 2013, lograron que una veintena de inversores privados aportaran una cantidad total de 1,1 millones de euros, con los que pudieron diseñar el primer motor. Las pruebas comenzaron en 2015, recibiendo apoyo de la Agencia Espacial Europea y de la Comisión Europea (quien les otorgó dos millones de euros para impulsar el desarrollo de Miura 1, el primer lanzador privado europeo). Todo siguió viento en popa y gracias a nuevos inversores consiguieron más de 15 millones de euros para continuar construyendo su sueño. Momentos de inflexión «Por aquella época, cuando se presentaban ante las empresas para obtener apoyos, les llamaban los ‘Mortadelo y Filemón’, por su estrambótica propuesta», explicó durante la presentación del Miura 1 ante la sociedad frente al Museo de Ciencias Naturales de Madrid Ezequiel Sánchez, actual presidente ejecutivo de la compañía. Él entró en un momento menos ‘dulce’: en 2019 la compañía entró en una crisis sin precedentes tanto a nivel empresarial como tecnológico, sobre todo propiciado por la explosión de uno de sus motores durante una de las pruebas. «Es uno de estos momentos en las empresas en los que o todo se va a pique o resulta un impulso», afirmó Sánchez a ABC. «En nuestro caso, salimos renovados de todo aquello». Un año después concluyeron las pruebas de su motor y, pandemia mediante, consiguieron completar el ensayo estático de motor del Miura 1 en su banco de pruebas en Teruel, donde han creado este microlanzador de 12 metros y capacidad de carga de 100 kilos que pretende ser reutilizable, a imagen y semejanza de los Falcon de Elon Musk. Su intención es entrar en el mercado de lanzadores, que mueve alrededor de 300.000 millones de euros en todo el mundo. Los últimos pasos El pasado mes de marzo, PLD Space trasladó su Miura 1 a las instalaciones de El Arenosillo, en Huelva. Una infraestructura perteneciente al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el único lugar habilitado, de momento, para lanzamientos desde España (si bien la intención de PLD Space es que, en el futuro, sus cohetes despeguen desde el aeropuerto de Teruel). Hasta ahora ha completado con éxito el ensayo estático (hot test), que consiste en mantener el motor encendido a pleno rendimiento durante 5 segundos para comprobar el perfecto funcionamiento de diferentes parámetros y sistemas del cohete (sistema de arranque, temperatura y presión del cohete) en un entorno de simulación. «En este vuelo experimental nuestra definición de éxito es que el cohete se aleje lo máximo de la plataforma de lanzamiento. Somos conscientes que a día de hoy ya supone todo un logro para nosotros, la industria y toda España poder colocar Miura 1 en la rampa de despegue, y cada segundo que esté en el aire es aprendizaje y datos para el desarrollo de Miura 5». Unas palabras que suenan muy parecidas, precisamente, a las que Musk pronuncia antes de sus pruebas, acostumbrado a las explosiones de sus ‘juguetes’ (la última vez hace un mes, en el sonado test de su megacohete Starship ) y cuyo lema es ‘equivocarse rápido, aprender más rápido’. Hace unos meses, los propios creadores de PLD Space aseguraron que no llegarían tan lejos como el creador de SpaceX y que, en caso de que se detectara cualquier fallo, abortarían el despegue. «Si durante el procedimiento del lanzamiento, que dura unas 10 horas, se detecta un mínimo factor de riesgo, se abortará la operativa de ese día y se iniciará de cero la próxima ventana de vuelo. Siempre vamos a preferir retrasar el vuelo a acabar con un cohete despiezado», señalaba Torres. MÁS INFORMACIÓN noticia No Dos nuevos sistemas planetarios ya tienen nombres españoles noticia No Así es ‘Kepler Sexto B’, la aventura espacial de Karra Elejalde Si todo sale según lo previsto, la idea es construir y probar pronto el Miura 5, un cohete muy parecido al Miura 1 pero el triple de grande, «como un edificio de diez pisos», afirman. Miura 5 transportará cargas de hasta 450 kilos ampliables hasta la tonelada y llevará a cabo sus primeros vuelos en 2024. Como en los toros, la suerte de este Miura 1 está echada.