En diciembre de 2020, el mundo de la paleontología se maravillaba con el hallazgo de un raro espécimen de dinosaurio, descrito en un estudio científico que le ponía nombre: Ubirajara, que en lengua tupí quiere decir “señor de las lanzas”, y jubatus, por el latín de cresta. Este animal único tenía plumas y cuatro extraordinarias protuberancias puntiagudas junto al cuello. Supuestamente, este valioso dinosaurio fósil de unos 110 millones de años de antigüedad llegó a Alemania en 1995 en extrañas circunstancias. Porque legalmente ese tesoro natural no podía salir de los yacimientos de Brasil. Pero estaba a disposición de los científicos en el Museo de Historia Natural de Karlsruhe 25 años después, donde aseguran que todo está en regla.