Hace unos 100 millones de años, la Patagonia fue el hogar de uno de los mayores carnívoros que jamás ha existido sobre la Tierra: el Giganotosaurus carolinii, de entre 12 y 13 metros de largo y casi siete toneladas, algo mayor incluso que el mítico Tyrannosaurus rex, con el que rivaliza en la última película de la saga Jurassic World. Fue un cazador de fósiles aficionado, Rubén Carolini, quien en 1993 descubrió el primer fósil de este letal depredador; y en los 30 años transcurridos desde entonces, la Patagonia argentina se ha convertido en una meca de la investigación paleontológica y del turismo científico.