Diversos medios se han apresurado a afirmar que los países liderados por mujeres han tenido menos víctimas por la COVID-19, lo cual seguramente se hace con el propósito de valorar su buena gestión en un mundo liderado por hombres.
Pero, además del riesgo que entraña en entrar en valoraciones de este tipo (si valoramos a las personas en función de su sexo, entonces podemos acercarnos a una pendiente resbaladiza del tipo: ¿por qué no hacerlo en función de su color de piel o su altura o su edad?), esta afirmación es falsa.
Más víctimas cuantas más mujeres
De hecho, no solo no hay diferencias significativas entre países en lo tocante a víctimas en función del sexo de sus líderes, sino que los países donde hay más mujeres en su legislatura (Parlamento o Congreso) tienen más víctimas.
Son los hallazgos que revela un nuevo estudio basado en un análisis realizado a través de múltiples enfoques metodológicos. En él no se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre las tasas de mortalidad por Covid-19 informadas en países liderados por hombres o mujeres.
Sin duda, las tasas de mortalidad dependen de muchas variables, incluida la densidad de población, el acceso a la atención médica, los protocolos de informes y posiblemente los niveles de temperatura y humedad… por lo que es difícil aislar el impacto del sexo del líder. Pero, puestos a hacerlo, ocurre lo contrario: cuantas más mujeres hay en la legislatura, más muertes se reportan.
También los países más libres tienden a tener tasas de mortalidad reportadas más altas en el mes posterior al primer caso, pero a medida que avanza el tiempo, las diferencias entre Libre, Parcialmente Libre y No Libre se vuelven menos marcadas.
Los países más ricos y aquellos con poblaciones de mayor edad tienen más muertes reportadas.
La longitud de las fronteras terrestres no tiene ningún efecto sobre las muertes reportadas por Covid-19, y el área terrestre es importante en algunos momentos, pero no en otros.
En definitiva, los valores culturales del país ofrecen una explicación más sustantiva de los resultados de COVID-19. Sin embargo, hay percepción generalizada de que a los países liderados por mujeres les ha ido mejor durante la pandemia, quizá por un sesgo de selección de datos y el sesgo de los medios occidentales que amplificaron los éxitos de las mujeres líderes en los países de la OCDE.
Más allá de la validez de este estudio, la confiabilidad de sus análisis estadísticos, y todos los matices que podamos esgrimir, deberíamos tratar de ver más allá: frente a una pandemia multifactorial, centrarnos en un solo factor (el sexo), con el cual además solo podemos establecer correlaciones y no vínculos causales es mala ciencia, incluso mala propaganda: es importante valorar a las mujeres que lo hacen bien; y a los hombres. Pero es importante que nuestra valoración no tienda a ser grosera agrupando a las personas por categorías (sexo, raza, religión, etc.). Y, sobre todo, es importante que si vamos a usar esa forma de reivindicación, lo hagamos con datos fiables:
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La noticia
Los países liderados por mujeres no han tenido menor tasa signiticativa de víctimas por la COVID, y algunos han tenido más
fue publicada originalmente en
Xataka Ciencia
por
Sergio Parra
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