Ni de piel clara, ni melenudo, ni procedía del este. Un nuevo análisis genético de Ötzi, el hombre momificado en el hielo de los Alpes, redibuja la imagen que se tenía del neolítico europeo más famoso. Hallada en 1991 por un par de montañeros alemanes en un glaciar, su momia ha sido estudiada al detalle, llegándose a saber como le mataron o lo último que comió. Hace una década, se secuenció por primera vez el genoma completo del llamado hombre de los hielos. Alimentada por aquellos datos y algo de imaginación, su apariencia era más la que han dibujado las películas de los prehistóricos que la que debió tener en realidad. Ahora, un nuevo estudio genético concluye que probablemente era calvo, tenía la piel muy oscura y sus ancestros eran agricultores que vinieron desde Anatolia, la actual Turquía.