La respuesta a esta pregunta depende del sentido que se le dé a “vidas alternativas”. Si el término se interpreta como civilizaciones inteligentes diferentes a la humana, la mayoría de las personas que nos dedicamos a la ciencia pensamos que, aun pudiendo existir, la búsqueda de este tipo de vida es muy difícil y su detección, por tanto, muy improbable. Hasta ahora, las iniciativas dedicadas a la búsqueda de inteligencia extraterrestre (la mayoría basadas en el análisis de señales electromagnéticas procedentes del espacio, como el proyecto SETI) no han proporcionado ningún resultado concluyente. Las observaciones realizadas de los planetas y satélites del Sistema Solar tampoco nos han mostrado ningún signo que sugiera su presencia en las cercanías a nuestro planeta.