Un planeta dentro de un planeta. Esa sería una buena forma de describir la bola de metal sólido de 2.442 km de diámetro que hay en el centro de la Tierra y sin la cual, dicho sea de paso, no habría campo magnético ni vida en la superficie. ¿Pero cómo se formó y cómo evolucionó ese núcleo interno? La respuesta sigue siendo un misterio, pero a base de estudiar las ondas sísmicas causadas por los terremotos, un equipo internacional de investigadores, dirigido por científicos de la Universidad de Utah, ha conseguido añadir unos cuantos datos a los que ya teníamos. Para empezar, según explica Guanning Pang, autor principal de un estudio que se publica este mismo miércoles en ‘ Nature’… Ver Más