Una cultura nunca vista muestra la complejidad de la expansión del ser humano por Asia

Por 02/03/2022 Portal

La gran aventura de la expansión humana fuera de África es mucho más intrincada de lo que se creía. Los sapiens no se lanzaron por el mundo en una sola oleada, imponiéndose con su ‘moderna’ tecnología y arrasando con su superioridad al resto de especies humanas que encontraban. En realidad, parece que hubo varios episodios de dispersión con innovaciones que aparecen y desaparecen, tradiciones locales, grupos coetáneos pero más o menos avanzados y la mezcla, como han demostrado los genetistas, de diferentes especies humanas. Quizás también compartieron conocimientos.

El nuevo descubrimiento llevado a cabo por un grupo internacional de arqueólogos en el norte de China pone de manifiesto toda esa complejidad. Los investigadores hallaron en el yacimiento de Xiamabei, en la cuenca de Nihewan, evidencias de una cultura singular de hace 40.000 años que mezcla elementos muy primitivos con otros más modernos. Una forma particular de hacer las cosas que nunca antes se había observado en el Este de Asia. Los autores del estudio, publicado este miércoles en la revista ‘Nature’, creen que esos fabricantes de herramientas fueron los primeros sapiens que llegaron hasta allí. No descartan que su tecnología estuviera influenciada por los denisovanos, un misterioso grupo ahora extinto con el que el hombre anatómicamente moderno llegó a cruzarse (está escrito en nuestro ADN) en Eurasia.

Andreu Ollé, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), ha estudiado bajo el microscopio la industria lítica encontrada en Xiamabei. «Lo que choca es la combinación de rasgos para ese período. La mayor parte de las herramientas de materiales locales, como el sílex y el cuarzo, están producidas con una técnica de talla muy sencilla y son muy pequeñas (más de la mitad medían menos de 20 milímetros). Los elementos que uno esperaría para esta cronología estarían más modificados por retoque, presentarían formas más estandarizadas (puntas, buriles, raspadores, etc.)», explica el científico, que también es profesor en la Universidad Rovira i Virgili (URV).

Sin embargo, muchas de las herramientas tienen huellas de haber estado enmangadas a fragmentos de madera o de hueso con ayuda del ocre o de fibras vegetales. Pequeños pulidos, que se reprodujeron experimentalmente, indican que fueron utilizadas en el raspado para el curtido de pieles, tallar material vegetal o cortar carne. «Este es el comportamiento de un humano moderno, pero curiosamente no va asociado a una talla laminar, la forma de extraer las lascas finas y homogéneas que los sapiens tenían para fabricar cuchillos o raspadores», apunta el investigador.

Piezas de ocre y equipo de procesamiento de piedra sobre un parche de pigmento teñido de rojo

Fa-Gang Wang, Francesco d’Errico / Wang
Suelos teñidos de rojos
Otro de los rasgos modernos vistos en Xiamabei es el uso extensivo del ocre. Se han encontrado dos piezas de ocre y lo que parece un molino para procesar el colorante y producir polvos de diferentes colores y texturas. Su uso debía de estar muy extendido, ya que incluso dejaron manchas rojas en el suelo. «Lo utilizaban como adhesivo para enmangar las herramientas pero no sabemos si tenía una función simbólica. No hay pinturas», dice Daniela Eugenia Rosso, de la Universidad de Valencia. Esta producción de ocre representa el ejemplo más antiguo conocido de esta práctica en el este de Asia.

Aunque no se encontraron restos de homínidos en Xiamabei, la presencia de fósiles humanos modernos en lugares contemporáneos sugiere que sus ocupantes eran sapiens. Para los investigadores, estos hallazgos pueden ayudar a entender cómo nuestra especie se estableció a lo largo de Asia, ya que se desconoce mucho sobre la vida y las adaptaciones culturales de los primeros pueblos y sus posibles relaciones con grupos arcaicos. «Esa es una de las grandes preguntas -indica Rosso-, probablemente sapiens y denisovanos se mezclaron porque fue una época de hibridación y es posible que se produjera un intercambio de tecnologías».

El descubrimiento no encaja con la idea de una innovación cultural continua o de un conjunto de adaptaciones que permitieron a los primeros humanos expandirse alrededor del mundo. En cambio, hay un mosaico de patrones de innovación, tradiciones locales e invención de prácticas nuevas… todo en transición.

«Los genetistas han visto que no reemplazamos por completo a neandertales y denisovanos. Se produjeron diferentes grados de hibridación. Pues esto lo estamos viendo en la arqueología», subraya Ollé. Oleadas posteriores de sapiens que utilizaban tecnologías de microcuchillas terminaron finalmente por reemplazarlos.