El cáncer en los niños es una enfermedad considerada rara, muy poco frecuente: apenas 155 casos nuevos al año por cada millón de niños menores de 14 años. La ciencia logra curar a la mayoría de casos, pero algunos tumores tienen pocas salidas. La leucemia linfoblástica aguda, por ejemplo, es el cáncer pediátrico más frecuente y, si bien el 85% de los pacientes supera la enfermedad, hay subgrupos donde la cosa se complica: sobre todo, en los bebés más pequeños y con alteraciones genéticas de mal pronóstico. Un nuevo estudio científico, publicado este miércoles en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), se fija en esos tumores más sombríos y arroja resultados esperanzadores para mejorar la supervivencia de bebés que sufren una leucemia linfoblástica aguda con reordenación del gen KMT2A, un subtipo de cáncer de la sangre muy agresivo: al añadir una inmunoterapia al tratamiento habitual de quimioterapia, la supervivencia global a los dos años pasó del 66% al 93%.