La historia la contó como nadie Charles Dickens en obras como Oliver Twist o Grandes Esperanzas: un niño huérfano que crece en un entorno tan hostil como el de los inicios de la Revolución Industrial en la Inglaterra del siglo XIX, espoleado por el hambre y la miseria. Ahora, un grupo de científicos ha analizado los restos de decenas de niños usando modernas técnicas forenses, confirmando la historia contada por el escritor. La mayoría de ellos crecieron y murieron desnutridos. El desarrollo de los que tenían 12 años se correspondía con el de chicos de ocho. Hay varios con lesiones óseas compatibles con los castigos físicos. La realidad era aún más dura que la narrada por el maestro del realismo social. Mientras sus personajes crecen, se hacen mayores y tienen un final relativamente feliz, muchos de este estudio publicado en la revista científica PLoS ONE no llegaron a superar la adolescencia.