Uno de los grandes desafíos de la ciencia es predecir el comportamiento de los fluidos a partir de las ecuaciones que describen su dinámica. Esto permite comprender fenómenos físicos —como la formación de tornados, de frentes de aire de diferentes temperaturas, de olas y tsunamis, o la ruptura de una gota— lo que facilita, por ejemplo, la predicción meteorológica o el estudio de posibles inundaciones.