En su día, el físico danés Niels Bohr (1885–1962) curioseó con acierto en la composición de los átomos. Aunque su modelo ha quedado anticuado, el zoólogo inglés Stephan Harding se sirve de él para ayudarnos a entender la personalidad de la materia contemplada en su mínima cantidad. Lo hace en las páginas de un libro recientemente publicado en castellano (Atalanta) con un título tan evocador como significativo: Tierra viviente.