Three planets and one destiny

Nacieron de la misma madre, una nube de gas y polvo cósmico compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con menos de un 2% de su masa en forma de otros elementos, entre los cuales podíamos encontrar el oxígeno, el silicio, el aluminio o el hierro. Elementos que, por otro lado, abundan en las piedras que vemos a nuestro alrededor, donde menos de un 0,2% de sus átomos son hidrógeno y helio. La nube comenzó con una densidad de solo unas miles de partículas por centímetro cúbico, trillones de veces menos densa que el aire de nuestra atmósfera, un tamaño decenas de veces mayor que el Sistema Solar hasta Neptuno, y una masa decenas de veces mayor que la del Sol. Y, sin embargo, la nube evolucionó muy rápidamente hasta formar una estrella y varios planetas en solo unas decenas o como mucho un centenar de millones de años. En un tiempo parecido al que llevan las ballenas en nuestro planeta se crearon varios mundos. Hoy conocemos 8 planetas en nuestro Sistema Solar, seguramente hubo o hay más, pero esa es otra historia.

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