Javier Cremades (Ceuta, 56 años), presidente y fundador del bufete Cremades & Calvo Sotelo, es tajante sobre la dirección que llevará la auditoría de la pederastia en la Iglesia que le ha encargado la Conferencia Episcopal Española (CEE): “Iremos hasta el fondo. Hasta que aflore toda la verdad”. Para ello, no duda de que los obispos abrirán sus archivos y se entrevistarán con su equipo cuando indague el encubrimiento. Dice haber contemplado en los ojos de los prelados el deseo de conocer una radiografía del problema y de reparar el daño causado. Insiste, esta vez en contra del discurso de la CEE, que la investigación de EL PAÍS entregada al Vaticano es veraz y rigurosa, que debe tomarse en serio. “Ha sido, en el fondo, un bien para todos y también una ayuda a la Iglesia”, afirma. “Ha ayudado a potenciar la cultura del descubrimiento frente a la del encubrimiento”. Contra las acusaciones de algunas asociaciones de víctimas de no ser imparcial por ser miembro del Opus Dei, el abogado subraya que con este trabajo se juega el prestigio del despacho. “Estaría liquidando mi vida profesional y familiar”, añade.