La estrella vecina que devoró sus planetas

Hace un año, un equipo internacional de astrónomos descubrió una ‘enana blanca’ a solo 90 años luz de distancia de la Tierra . Dicho así, no parece que sea una gran noticia, pero es que esta enana blanca en concreto tenía algo muy especial. Las enanas blancas son auténticos ‘cadáveres estelares’, lo que queda de lo que una vez fue una estrella brillante tras liberarse violentamente de sus capas externas. Estrellas muertas, extremadamente densas y pequeñas que ya no fusionan materia en sus núcleos, pero que siguen ardiendo durante miles de millones de años como las ascuas en una chimenea, cada vez más frías hasta que se apagan por completo. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Los científicos se dieron cuenta enseguida de que WD J2147-4035 , que así fue catalogada la estrella, estaba mucho más fría que la mayoría de las demás enanas blancas, lo que indicaba una gran antigüedad. De hecho, su temperatura reveló una edad de más de 10.000 millones de años, mucho más que las demás estrellas de su vecindario galáctico. Probablemente, entre las estrellas más viejas de toda la galaxia. Por eso, por su interés, ahora un equipo internacional de astrónomos ha analizado más datos de la extraña estrella y no solo ha confirmado su temperatura, 2.780 grados (tres veces menor que la del Sol) sino que además se ha llevado otra sorpresa: al analizar su composición, los investigadores han detectado la presencia de elementos que muy probablemente pertenecieron a los planetas que alguna vez la orbitaron. En otras palabras, J2147-4035 devoró los mundos de su propio sistema solar .