La historia del ornitólogo que en sus ratos libres hacía de espía

Por 10/07/2022 Portal

El escritor británico Ian Fleming se pasaba gran parte del año en Jamaica, en una finca de su propiedad a la que bautizó con el nombre de Goldeneye . Allí se dedicaba, además de a escribir, a su otra gran pasión: la ornitología . Cuando llegó el momento de poner el nombre al protagonista de su primera novela –’Casino Royale’ (1953)- se le ocurrió utilizar el del autor de la principal guía de ornitología del lugar. El libro en cuestión se titulaba ‘Field Guide of Birds of the West Indies’ (1936) y su autor no era otro que James Bond . Una publicación de 460 páginas y 159 ilustraciones en blanco y negro. De esta forma un ornitólogo de carne y hueso pasó a convertirse en el agente 007 de Su Graciosa Majestad , el espía más famoso de la ficción. MÁS INFORMACIÓN La cara del primer europeo, descubierta en Atapuerca El verdadero Bond Cuando algún tiempo después se le preguntó a Ian Fleming el motivo de la elección del nombre respondió que le pareció sonoro, poco romántico, fácil de recordar y, sobre todo, varonil. El auténtico James Bond había nacido en 1900 en Philadelphia, la ciudad que le vio morir ochenta y nueve años después. Fue un afamado ornitólogo que trabajó para la Academy of Natural Sciences debido a sus vastos conocimientos sobre las aves del Caribe. Fue el primero en defender que las aves de esa región se originaron a partir de las aves norteamericanas y no de las sudamericanas. En 1954 obtuvo la Medalla Brewster de la Unión Americana de Ornitología. En 1961 el oasis de tranquilidad del matrimonio Bond –James y su esposa Mary- desapareció, su teléfono no dejó de sonar durante semanas. La razón no era otra que la creciente fama que estaba adquiriendo el personaje de Fleming. Fue entonces cuando decidieron escribir al escritor inglés para pedirle explicaciones. La señora Bond tomó la usurpación del nombre como una procacidad y en una carta acusó a Fleming de haberle substraído el nombre a su marido. Fleming respondió a renglón seguido a Mary Bond pidiendo disculpas, invitándoles a su casa de Jamaica y ofreciendo su nombre al ornitólogo para cuando descubriese una nueva especie de aves a la que tuviese que bautizar. El 5 de febrero de 1964 los Bond visitaron Goldeneye produciéndose el encuentro entre el escritor y el ornitólogo. Cuando el matrimonio Bond se marchó, varias horas después, el británico les obsequió con la primera edición de su último libro (‘ Solo se vive dos veces ‘) con una dedicatoria: «para el verdadero James Bond del ladrón de su identidad. Ian Fleming, feb 5, 1964 (¡un gran día!)». Mary, que ya había escrito varios libros de poesía y ficción, trató de sacar provecho a la situación y escribió un libro titulado ‘How 007 Got his name’. Un guiño del Bond de ficción al real Algunas de las escenas de la película ‘Muere otro día’ fueron rodadas en la playa de la Caleta, en Cádiz, simulando que se trataba de una playa cubana ficticia, llamada Los Órganos. En la película hay un suceso memorable en el que James Bond –interpretado por Pierce Brosnan – observa con unos prismáticos como Jinx – Halle Berry – sale del agua de forma sensual. Entre ellos se entabla una conversación en la cual Jinx le pregunta a qué se dedica y 007 responde: «Yo estoy aquí por los pájaros. Soy ornitólogo». A lo cual Jinx añade: «Ornitólogo, vaya, menuda palabreja. Supongo que las lechuzas le tendrán ocupado esta noche». El diálogo finaliza con una nueva intervención de Bond: «No hay lechuzas en Los Órganos, no hay nada que ver hasta mañana. Al menos en el exterior…». Y a partir de ahí… pues ya se lo pueden imaginar. Así que ya saben, el verdadero James Bond no era audaz, violento, jugador ni mujeriego, sino comedido, metódico, reflexivo y con un cierto punto de timidez, y claro está lo único que espió toda su vida fueron aves. SOBRE EL AUTOR Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación