La mujer que demostró que las matemáticas salvan vidas

Por 19/03/2022 Portal

Florence Nightingale (1820-1910) es conocida por el gran público, fundamentalmente, por ser la fundadora de la enfermería moderna, pero no tanto por sus contribuciones al campo de la estadística.

Para comprender su trayectoria es preciso bucear primero en su biografía, porque el deseo inicial de esta mujer, perteneciente a una familia de clase acomodada, era ser matemática. Por este motivo durante su adolescencia recibió clases del matemático James Joseph Sylvester (1814-1897), el fundador del ‘American Journal of Mathematics’ y al que se le atribuye la paternidad de términos como matriz, grafo o discriminante.

Desgraciadamente su familia se mostró, desde un primer momento, totalmente reacia a que se dedicase a las matemáticas, ya que no les parecía que fuese una profesión de provecho para una mujer de su posición social.

Enfermera en la Guerra de Crimea
Claro que el giro profesional que efectuó tampoco les complació, sus padres se mostraron todavía más remisos, si cabe, a que la enfermería fuese una elección adecuada para ella. Sin embargo, esto ya poco le importó, Florence había tomado la determinación de ser enfermera, para ello primero acudió a Salisbury y, más adelante, completó sus estudios en Alemania.

Con el título bajo el brazo fue enviada a la Guerra de Crimea (1853-1856), junto a casi una cuarentena de compañeras de profesión, el gobierno británico les encomendó la misión de trabajar en un hospital de campaña en Scutari (Estambul). Este acontecimiento supuso toda una revolución en la sociedad victoriana, ya que era la primera vez que se permitía oficialmente a una mujer servir en el ejército inglés.

La visión con la que aquellas mujeres se enfrentaron en Scutari no pudo ser más desoladora, en el hospital la suciedad acampaba a sus anchas, el suelo estaba cubierto de heces y los soldados fallecían por doquier como resultado de la malnutrición y de las deficiencias higiénicas.

Sobre el terreno Florence constató que la tasa de mortalidad entre los ingleses era de 1.174 por cada diez mil soldados, de los cuales 1.023 fallecían no por las heridas de guerra, sino a consecuencia de las enfermedades infecciosas (tifus, fiebre tifoidea, cólera, disentería…).

El Diagrama de la Rosa
Cuando al finalizar el conflicto regresó a Londres reunió todas las notas que había tomado y diseñó, con la ayuda de dos reconocidos estadísticos (William Farr y John Sutherland), un diagrama circular, muy fácil de entender y al que bautizó con el nombre de “Diagrama de la Rosa”.

Su representación es similar a un gráfico de torta, si bien se modifica el radio para que se puedan representar las cantidades en lugar del ángulo, consiguiendo un efecto visual que no se obtiene con un histograma. En azul representó el número de muertes causadas por las enfermedades infecciosas, en rosa las atribuidas a las heridas y en gris las ocasionadas por otros motivos.

Un breve análisis dejaba patente que en 16.000 de los 18.000 fallecidos la muerte no se debió a las heridas sufridas en el campo de batalla, sino a las infecciones. Por otra parte, demostró que la mortalidad se había reducido hasta en un 99% durante el año en el que las enfermeras estuvieron en el campo de batalla. De esta forma, Florence se convirtió en la primera persona en utilizar un gráfico estadístico para persuadir a las autoridades para que cambien su estrategia en aras de mejorar la salud de los soldados.

Y es que, como ella mismo sintetizó, hay que «lograr a través de los ojos lo que no somos capaces de transmitir a las mentes de los ciudadanos a través de sus oídos insensibles a las palabras».ciencia_0059

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.