Las hormigas del desierto ( Cataglyphis fortisse ) viven en las salinas del norte de África, un entorno extremadamente inhóspito. Para buscar comida, las forrajeras tienen que atravesar el desierto , a veces largas distancias hasta que encuentran algo de alimento, por ejemplo, un insecto muerto. Entonces, regresan a casa con su botín. Para no perderse, usan una brújula solar y un contador de pasos que les permite medir las distancias que recorren. Además, poseen la capacidad de aprender y utilizar señales visuales y olfativas. «Este hábitat extremadamente duro ha llevado a estas hormigas, durante la evolución, a un sistema de navegación de precisión insuperable», afirma Marilia Freire, investigadora del Instuto Max Planck de Ecología Química. La científica y su equipo han descubierto que estos insectos emplean una curiosa estrategia de orientación según el entorno. En estudios previos en Túnez, habían notado que los nidos en el centro de las salinas, donde apenas hay marcas visibles, tenían montículos altos en sus entradas. En contraste, las colinas de los nidos cerca de los bordes cubiertos de arbustos de las salinas eran más bajas o apenas perceptibles. Los investigadores se preguntaron si estas diferencias visibles tienen un propósito para ayudar a las hormigas a encontrar mejor el camino a casa. «Siempre es difícil saber si un animal hace algo a propósito o no. Los altos montículos de nidos en medio de las salinas podrían haber sido un efecto secundario de las diferencias en la estructura del suelo o las condiciones del viento. Sin embargo, la idea fue crucial para nuestro estudio: remover los montículos y proporcionar nidos con marcas artificiales y otros sin ellas, y observar lo que sucedería», cuenta Markus Knaden, del Departamento de Neuroetología Evolutiva. Noticia Relacionada estandar No El secreto de las hormigas australianas para defenderse: que la colonia entera se haga la muerta ABC Ciencia Descubiertas accidentalmente mientras los investigadores revisaban nidos de zarigüeyas pigmeas y murciélagos en la Isla Canguro, el hormiguero de Polyrhachis femorata parecía estar muerta… hasta que una se movió Según cuentan en ‘Current Biology’, los investigadores siguieron a las hormigas con un dispositivo GPS. Esto les permitió rastrearlas en su camino a la salina y de regreso a casa. «Observamos que las hormigas del desierto son capaces de viajar distancias mucho mayores de lo que se informó anteriormente. La distancia más lejana que recorrió un solo animal fue de más de dos kilómetros. Sin embargo, también observamos una tasa de mortalidad inesperadamente alta. Alrededor del 20 % de las hormigas que se alimentan no encuentran regresaron a casa después de carreras extremadamente largas y murieron frente a nuestros ojos, lo que explica la enorme presión de selección para una mejor orientación», dice Freire. Señales visuales Los experimentos en los que las hormigas podían ser rastreadas con particular precisión durante los últimos metros hasta el nido, gracias a una cuadrícula pintada en el suelo, mostraron que las colinas del nido son importantes señales visuales. Si se eliminaban, menos hormigas encontraban el camino de regreso al nido, mientras que sus compañeras en el nido simultáneamente comenzaban a reconstruir los montículos lo más rápido posible. Si, por el contrario, los científicos colocaban puntos de referencia artificiales en forma de pequeños cilindros negros cerca de las entradas de los nidos cuyos montículos habían eliminado previamente, las hormigas no se dedicaron a construir otros nuevos. Aparentemente, los cilindros eran suficientes para la orientación. En los hormigueros, el trabajo se divide. Las hormigas que buscan alimento suelen ser miembros del nido mayores y con más experiencia, mientras que las hormigas más jóvenes están ocupadas construyendo. Por lo tanto, debe haber algún tipo de flujo de información entre los dos grupos. Los investigadores aún no saben exactamente cómo se logra esto. «Una posibilidad sería que las hormigas en el nido noten de alguna manera que menos recolectores regresan a casa y, como resultado, aumentan las actividades de construcción de colinas en la entrada del nido», explica Freire. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Ya hubo grandes tsunamis en el Mediterráneo, y es prácticamente seguro que habrá más noticia No Los humanos desarrollamos un ‘resorte’ en los pies para caminar mejor Markus Knaden ha estado estudiando a las hormigas del desierto durante 25 años y todavía está asombrado por sus fascinantes habilidades: «Los animales pueden aprender señales visuales y olfativas a pesar de sus pequeños cerebros. Además, pueden decidir qué información es útil para su navegación y cuál no lo es». Todo esto ya se sabía. Sin embargo, «el hecho de que incluso construyan sus propios puntos de referencia para orientarse y solo elijan invertir en este trabajo cuando faltan otras señales ambientales es bastante sorprendente».