El diagnóstico de sobrepeso u obesidad en la infancia es como abrir una caja de pandora. El exceso de grasa desata una retahíla de enfermedades y amenazas para la salud que convierten al niño en una persona enferma desde el primer instante y, probablemente, también a largo plazo. Diabetes, hipertensión, apneas del sueño, problemas cutáneos, depresión… Hay decenas de dolencias asociadas. Pero la obesidad y el sobrepeso, que afecta a 340 millones de niños y adolescentes en el mundo, no es solo un factor de riesgo para desarrollar otras patologías; es una enfermedad en sí misma, insisten los endocrinólogos. Y deja una huella mecánica, metabólica y psicológica difícil de borrar. A pie de consulta, advierten los expertos que tratan a niños con obesidad, ya se están viendo enfermedades de adultos en críos cada vez más pequeños.