Recuperar la habilidad de comunicarse tras haberla perdido por una enfermedad degenerativa. Apagar o encender objetos con la mente. Escribir en el ordenador con tan solo pensarlo e, incluso, descifrar el subconsciente. Parece ciencia ficción, pero son realidades con las que el género humano ya convive desde hace varios años gracias a los implantes cerebrales. Científicos, representantes de gobiernos y altos mandos de las Naciones Unidas (ONU) se han reunido este jueves en París para abordar los problemas éticos derivados de estos avances de la neurotecnología (la rama de la ingeniería a la que corresponden), e intentar hacer una hoja de ruta para regular su uso cuanto antes posible.