Cuanto más cerca de una torre de alta tensión, menos flores. Y eso tiene que ver con las abejas, estresadas por el campo electromagnético de la torre. Es lo que ha observado un grupo de entomólogos chilenos que han llevado a cabo una serie de experimentos en campos de amapolas y en el laboratorio. Los científicos comprobaron que la exposición a los campos electromagnéticos alteraba la expresión de los genes de las abejas relacionados con el estrés y la conducta. El resultado fue que las plantas cercanas a las torres producían menos semillas, afectando a su supervivencia. Esto podría estar pasando a lo largo de todo el tendido y con otros insectos claves para la polinización.