Parecidos por fuera y por dentro: personas desconocidas con caras similares comparten un ADN semejante

El rostro es nuestra carta de presentación, lo que fija —entre otras cosas— la identidad de uno y, de un vistazo, lo que nos diferencia de los demás. Pero incluso en las caras de unos y otros hay más parecidos de los que pensamos: algunos, a simple vista, como cuando uno se encuentra con los llamados dobles. Son personas idénticas, sin vínculo familiar posible, pero con los que también puede haber similitudes moleculares. Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que detrás de esos gemelos virtuales, de esos desconocidos con caras muy parecidas, hay también similitudes genéticas. “Lo que más les une es su secuencia de ADN”, apunta el científico principal, Manel Esteller, que ha publicado este martes sus hallazgos en Cell Reports. Su epigenoma y su microbioma, eso sí, es diferente. “La genómica los agrupa y el resto los separa”, sentencian los autores.

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