Hay muchos motivos por los que una célula humana puede enloquecer y empezar a multiplicarse descontroladamente hasta generar un tumor maligno. Fumar, por ejemplo, provoca mutaciones que pueden llevar a la célula reproducirse sin freno. También el alcohol, la exposición excesiva al sol o, simplemente, el azar, pueden favorecer esos errores en la replicación celular. La edad ha sido siempre, sin embargo, la variable de más peso: a más años, más riesgo de que se produzcan esas erratas porque las células se degradan, los mecanismos de control se van perdiendo y el sistema de defensa se deteriora. Sin embargo, desde hace un tiempo, algo está cambiando en la expansión tradicional de enfermedad: la edad sigue siendo un factor determinante, pero cada vez hay más casos entre adultos jóvenes y las causas no están claras.