A las 3.34, hora local, del 27 de febrero de 2010, Chile fue sacudido por uno de los terremotos más potentes en un siglo. La convulsión provocó un tsunami que arrasó las poblaciones costeras. Los dos sucesos combinados acabaron con la vida de más de 500 personas. El temblor fue tan potente que, según cálculos de la NASA, desplazó el eje de la Tierra nada menos que ocho centímetros.