El cortejo de las polillas es complejo: las hembras comienzan el proceso del apareamiento emitiendo unas feromonas que llaman a los machos hasta a un kilómetro de distancia. Cuando ellos captan la esencia de ellas, vuelan a su alrededor, emitiendo su propia mezcla de ‘sustancias amorosas’. Las hembras evalúan estos químicos y deciden si finalmente habrá encuentro o no. Pero, ¿qué es lo que marca la diferencia? ¿cuál es el ‘irresistible aroma’ que hace que las hembras accedan a copular con los machos? Según investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el secreto está en el salicilato de metilo. Esta sustancia es producida por algunas plantas cuando son atacadas por los herbívoros con una doble función: por un lado, es una suerte de ‘grito de ayuda’; por otro, un mecanismo de curación. Y, tal y como afirman los autores, su mezcla con las feromonas propias de las polillas macho de la familia Chloridea virescens es la clave del éxito. Porque este olor demostraría a la hembra que su pretendiente fue capaz de derrotar tanto a las defensas de la planta como al resto de candidatos, lo que le convertiría en la mejor opción. «Esta interacción les da a las hembras una idea de la historia de un macho en particular», señala Coby Schal, profesor de entomología de Blanton J. Whitmire en NC State y coautor del artículo, publicado en la revista ‘ Current Biology ‘. Una sustancia no detectada. Hasta ahora Los investigadores utilizaron la cromatografía de gases, en la que los compuestos químicos se separan en un horno controlable, para determinar las sustancias químicas contenidas en la mezcla de feromonas masculinas, revelando algunas que no se encontraron en la caracterización inicial realizada hace más de tres décadas, cuando se empezaron a estudiar los mecanismos de apareamiento de las polillas. Al conectar este instrumento a las antenas de las hembras, los investigadores pudieron ver que el salicilato de metilo, apenas detectable, provocaba una gran respuesta en ellas. En respuesta a este sorprendente hallazgo, los investigadores demostraron que las antenas de las polillas hembras tienen dos receptores de olor que están sintonizados con el salicilato de metilo, lo que les ayuda a reconocer la sustancia química en la mezcla emitida por los machos. Los investigadores también pudieron reducir la cantidad de salicilato de metilo emitido por los machos y demostraron que el éxito de apareamiento se vio afectado. Cuando estos machos recibieron salicilato de metilo en pequeñas cantidades, sus tasas de éxito de apareamiento volvieron a la normalidad, mostrando la cualidad afrodisíaca del químico. Los investigadores también encontraron pequeñas cantidades de esta sustancia en polillas alimentadas con dietas artificiales en el laboratorio. Las polillas macho, atrapadas en los campos de soja de Carolina del Norte y consideradas una plaga, por otro lado, contenían bastante salicilato de metilo en los órganos que emiten la mezcla de feromonas. Al agregar el químico en la dieta de las polillas macho del laboratorio a través de una bebida de agua azucarada similar al néctar, los investigadores mostraron que las polillas macho incorporaron el químico. Cuando se les animó a cortejar enérgicamente a las hembras, esos órganos mostraron cantidades más bajas de salicilato de metilo, ya que los machos usaban mucho en su cóctel de feromonas. MÁS INFORMACIÓN noticia No La histórica nave Voyager 2 queda incomunicada cuando viajaba más allá del Sistema Solar noticia Si Los planetas errantes, 20 veces más numerosos que las estrellas en nuestra galaxia «Fue sorprendente encontrar salicilato de metilo en mezclas de feromonas de polilla macho, pero la evidencia de este artículo sugiere que las polillas macho toman y secuestran salicilato de metilo como larvas mientras mastican plantas o como adultos al beber néctar de flores», explica Schal. «Los machos pueden haber desarrollado señales sexuales que coincidan con el sesgo sensorial exhibido por las hembras al responder al salicilato de metilo».