Revelan el enigma de cómo puede haber peces en lagos remotos y aislados

Por 02/07/2020 Portal

Desde los remotos lagos de un cráter hasta los estanques de desiertos, la vida se abre paso. Durante mucho tiempo ha sido todo un misterio cómo algunos peces han llegado a colonizar esos lugares aislados, rodeados de tierra seca inhóspita. Existen varias teorías al respecto, pero ninguna probada. Ahora, un nuevo estudio afirma que tiene datos que apoyan que el secreto está en las heces de los patos. Los resultados se acaban de publicar en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS).

La idea se lleva contemplando años: ¿es posible que algún tipo de ave pueda transportar de alguna manera huevos de pez en sus intestinos? Muchos científicos piensan que son demasiado frágiles para sobrevivir en este «medio». Sin embargo, la nueva investigación ha probado en condiciones de cautividad que el 0,2% de todos los huevos que se traga un pato podría ser viable superando todo el tracto digestivo e incluso una vez después de que lo expulse por el ano.

Se trata de un proceso, llamado endozoocoria, que es común en la propagación de semillas de plantas por parte de algunas aves e insectos. Sin embargo, para peces la primera evidencia al respecto se halló el pasado año, cuando se probó que unos huevos de pez killi sobrevivieron después de ser engullidos por un cisne. Pero estos huevos son especiales: pueden sobrevivir en suelo seco durante meses en una especie de hibernación hasta que las lluvias hacen acto de presencia, rellenando las charcas en las que vivieron sus padres.

La teoría dominante (hasta ahora)
Hasta ahora, la teoría más apoyada era que los huevos de los peces probablemente viajan en las patas, los picos y las plumas de los pájaros. Sin embargo, no se han hallado pruebas al respecto y no se sabe si los huevos podrían sobrevivir en estas condiciones. El nuevo estudio se apoya en el experimento ideado por el biólogo Ádám Lovas-Kiss, del Instituto de Investigación del Danubio en Hungría, quien junto a sus colegas alimentó con huevos de dos tipos de carpa -carpa común (Cyprinus carpio) y carpa prusiana (Carassius gibelio) a ocho patos silvestres (Anas platyrhynchos).

Cada una de las aves fue alimentada con alrededor de 500 huevos. De todos estos, 18 huevos fueron recuperados de las heces de los patos. 12 aún eran viables, aunque solo 3 eclosionaron con éxito. Aunque los números parezcan desalentadores, teniendo en cuenta que una carpa común puede poner hasta 1,5 millones de huevos en cada desove y que existen muchas aves que se alimentan de huevos -algunas especies marinas se alimentan solo de huevos en ciertos periodos del año- las probabilidades mejoran.

«La supervivencia no fue un hecho extraño y ocurrió en el 75% de los casos y en las dos especies estudiadas», afirma el equipo en el estudio. Además, la mayoría de los embriones que consiguieron pasar por el tracto digestivo de las aves pero no lograron salir del cascarón padecieron una infección por hongos que seguramente esté relacionada con la cría artificial de peces, según comentan los investigadores. Así, en condiciones naturales, más especímenes habrían sobrevivido.

de 60 a 360 kilómetros de distancia
La mayoría de los huevos de carpa tardaron solo una hora llegar de un extremo al otro del pato. El equipo calculó que esto significa un rango de dispersión de alrededor de 60 kilómetros para los huevos que viajan dentro de los patos. Sin embargo, uno de los huevos eclosionó después de 4-6 horas, lo que amplía el rango hasta los 360 kilómetros.

Esta teoría podría explicar que las carpas comunes hayan llegado a dominar muchas vías fluviales australianas, componiendo más del 80% de la biomasa de peces en algunas áreas. Esta especie daños a los ecosistemas frágiles al modificar las vías fluviales a través de sus hábitos alimenticios de succión de lodo, le quitan alimentos a las especies nativas y contribuyen a la proliferación de algas. La capacidad de las carpas de dispersarse a través de la endozoocoria sería clave en entender su éxito al invadir zonas sensibles. Por eso, los investigadores señalan la importancia de este estudio en «la conservación de la biodiversidad y la dinámica de invasión en los exonsistemas de agua dulce».